La IX Jornada sobre Daño Cerebral Adquirido pone el foco en el “Daño Cerebral Invisible” y en la innovación tecnológica en neurorehabilitación

10/10/2025

La Universidad Loyola ha acogido la IX Jornada sobre Daño Cerebral Adquirido (DCA), un encuentro que reunió a profesionales, investigadores, estudiantes y familias en torno a un mismo objetivo: visibilizar la realidad del daño cerebral y promover la innovación en su tratamiento e inclusión social.

Organizada por Daño Cerebral Sevilla y la Universidad Loyola, la jornada estuvo dedicada este año al tema central “El Daño Cerebral Invisible”, una dimensión del DCA que afecta la cognición, la conducta y las emociones, pero que a menudo pasa desapercibida.

La inauguración contó con la participación de Ana Cabellos, presidenta de Daño Cerebral Estatal; Mª Encarnación Fuentes, diputada de Coesión Social e igualdad de la Diputación de Sevilla; Luis Morales, decano de la Facultad de Psicología y Educación de la Universidad Loyola; Gustavo Molina, presidente de Daño Cerebral Sevilla; y Pedro Calvó, director general de Personas con Discapacidad de la Junta de Andalucía, que destacó y transmitió el mensaje sobre que “el conocimiento es la mejor herramientas para tratar el daño cerebral adquirido”.

El “Daño Cerebral Invisible”: más allá de lo físico

La conferencia inaugural, impartida por Aurora Lassaletta Atienza y Ciara Rueda de la Torre, profundizó en el concepto de Daño Cerebral Invisible (DCI), que engloba secuelas cognitivas, emocionales y conductuales no evidentes a simple vista. Lassaletta subrayó que “el daño cerebral es menos invisible cuando te reconcilias con él”, destacando la importancia de la aceptación y el apoyo social en el proceso de recuperación.

Tecnología y neurorehabilitación de precisión

El primer bloque estuvo dedicado a la innovación tecnológica. Ana Carrasco y David Gómez presentaron el proyecto ArtiVision-REHAB, desarrollado junto a la Fundación Ayesa, que aplica visión artificial para realizar evaluaciones motoras objetivas y personalizar tratamientos. Por su parte, Cristina Monje, alumni de Loyola en este ámbito expuso los avances del uso de realidad virtual en la rehabilitación cognitiva, una herramienta que mejora la motivación del paciente y permite registrar datos precisos sobre su progreso.

Buenas prácticas e inclusión: “Conocer para adaptar”

El segundo bloque se centró en las buenas prácticas de intervención desde la experiencia de la Unidad de Estancia Diurna de Daño Cerebral Sevilla. Adrián Vizcaíno y Gabriela Rodríguez mostraron cómo “la rutina se convierte en terapia” a través de talleres adaptados a cada nivel de autonomía. Eva M.ª Fernández y Julián Toucedo insistieron en la necesidad de conocer profundamente cada caso para adaptar las actividades y favorecer la inclusión bajo el lema “Conocer para adaptar, adaptar para incluir”.

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El bloque se cerró con el testimonio del Proyecto Bombillas Fundidas, que visibilizó el valor del acompañamiento emocional y ocupacional en la recuperación.

Investigación, prevención y avances clínicos

El tercer bloque abordó los nuevos enfoques en la investigación y la prevención del daño cerebral. El neurólogo Joan Montaner, jefe del Servicio de Neurología del Hospital Virgen Macarena, destacó el papel de la dieta mediterránea y de suplementos como la Salicornia en la mejora de la función cognitiva y motora tras un ictus.

A continuación, la Dra. Myrtha O’Valle, directora del Instituto de Rehabilitación Neurológica Irenea (Vithas Sevilla y Vithas Xanit), presentó una ponencia sobre los avances en el tratamiento de pacientes en estado alterado de la consciencia, que van desde la estimulación sensorial personalizada hasta las nuevas técnicas de neuromodulación cerebral.

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O’Valle subrayó la importancia de una evaluación rigurosa y de estrategias multimodales que integren estimulación basal, musicoterapia, farmacología (como la amantadina o el zolpidem) y técnicas no invasivas como la estimulación transcraneal por corriente directa (tDCS) o la estimulación del nervio vago (tVNS).

Estas últimas —explicó— se perfilan como herramientas seguras, accesibles y prometedoras para promover la plasticidad cerebral, especialmente en fases crónicas del daño cerebral. Su mensaje final, “hay pacientes incurables, pero no hay pacientes incuidables”.

El bloque concluyó con una mesa redonda sobre la relación entre usuarios, profesionales y estudiantes en la investigación universitaria, en la que participaron Joaquín Alejandro Ibañez, director del título oficial de postgrado Máster Universitario en neuropsicología de la Universidad Loyola, Ciara Rueda de la Torre, neuropsicóloga en el centro de Neurología Avanzada de Sevilla y Málaga  y Cristina Monje Blanco, neuropsicóloga de daño Cerebral Sevilla y alumni de la Universidad Loyola.

Un cierre con mirada de futuro

La jornada fue clausurada por Herminia Romero Ramos, vicedecana de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Loyola, quien subrayó “la necesidad de seguir tejiendo redes entre la ciencia, la práctica clínica y la sociedad para hacer visible lo invisible y para acercar a nuestros alumnos a la realidad de los afectados y de sus familias”.

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El evento, que también pudo seguirse en formato virtual, consolidó a la Jornada DCA Loyola-Sevilla como un espacio de referencia para compartir conocimiento, innovación y compromiso con las personas afectadas por daño cerebral adquirido y sus familias.

Más de una década de investigación en neurociencias

En este marco, la Universidad Loyola reafirmó su compromiso con la investigación y la formación avanzada en Neurociencias y Neuropsicología, ámbitos en los que acumula ya una década de innovación científica. A través del grupo de Neurociencia Clínica y Neuropsicología Aplicada, Loyola impulsa proyectos pioneros en neurorrehabilitación, evaluación neuropsicológica y técnicas no invasivas de estimulación cerebral, colaborando con entidades internacionales y socios estratégicos como la Fundación Vithas e IRENEA.

Entre sus líneas más destacadas figura el proyecto europeo DoCBox, enmarcado en el programa Horizonte Europa, que desarrolla herramientas multimodales para mejorar el diagnóstico de los trastornos de la consciencia.

Junto a esta labor investigadora, la Universidad ofrece una sólida formación especializada con los Másteres Universitarios en Neuropsicología y en Neurorrehabilitación, además de una línea doctoral en Neurociencia Cognitiva y Afectiva. Su participación en redes internacionales y la organización de encuentros científicos, consolidan a Loyola como un referente en la generación de conocimiento aplicado al bienestar y la salud cerebral.

Todas las fotos del evento aquí

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