“Sin democracia no hay desarrollo”: Un seminario analiza las lecciones de la crisis centroamericana

05/12/2025

La Universidad Loyola ha celebrado el seminario internacional “Las relaciones entre democracia y desarrollo: Lecciones a partir de la crisis democrática de Centroamérica”.

Se trata de un encuentro convocado por la red académica Iniciativa Centroamérica (RED-ICA) y el Instituto de Desarrollo-Fundación ETEA. La jornada ha reunido a académicos, especialistas en desarrollo y representantes de la cooperación internacional centroamericana con el objetivo de analizar, desde una perspectiva comparada, el complejo deterioro democrático que vive la región y sus implicaciones para el desarrollo humano.

La sesión fue inaugurada por Mercedes Torres, quien subrayó la urgencia y complejidad del tema, así como la responsabilidad académica de generar conocimiento capaz de “tener impacto social y transformar la sociedad”. Destacó además que el compromiso de Loyola con Centroamérica no es nuevo: procede de la trayectoria de ETEA y hunde sus raíces en la misión histórica de la Compañía de Jesús. “Desde la Universidad —señaló— debemos contribuir desde la investigación y la educación a mejorar nuestras democracias”.

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El seminario estuvo moderado por Fernando Delage, director del Departamento de Estudios Internacionales, quien situó el debate recordando que la consolidación democrática es siempre un proceso frágil y prolongado. “Aprovechemos que España celebra 50 años de democracia para subrayar que lo verdaderamente difícil no es alcanzar un sistema democrático, sino construir instituciones sólidas capaces de situarse por encima del poder político”, afirmó. También alertó de que las generaciones jóvenes no siempre perciben la vulnerabilidad de las democracias, amenazadas actualmente por la polarización y la expansión de discursos populistas.

Una región en su mayor crisis democrática en décadas

El primero de los ponentes, Alberto Mora, coordinador de investigación del Programa Estado de la Nación de Costa Rica, presentó los principales hallazgos del Séptimo Informe Estado de la Región. Mora advirtió que Centroamérica y República Dominicana atraviesan “uno de los momentos más críticos desde los conflictos armados del siglo XX”, marcado por regresiones democráticas, procesos de autocratización y el debilitamiento institucional. Señaló que países como Nicaragua y El Salvador ejemplifican una tendencia regional hacia el cierre del espacio cívico, la persecución de voces disidentes y el deterioro de libertades fundamentales.

A estas dinámicas políticas —explicó— se superponen rezagos estructurales en educación, empleo y productividad. Más del 60% de la población económicamente activa tiene baja escolaridad, lo que limita la competitividad y perpetúa la desigualdad. Frente a ello, defendió la necesidad de fortalecer la educación técnica y profesional y situar el capital humano en el centro del desarrollo. “Sin instituciones democráticas sólidas y sin inversión sostenida en personas, la región corre el riesgo de quedar atrapada en un ciclo de pobreza y vulnerabilidad”, concluyó.

Nicaragua y la sofisticación del nuevo autoritarismo

La segunda intervención estuvo a cargo de Olga del Pozo, jefa de la Unidad de Cooperación para Centroamérica de la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional al Desarrollo. Pozo describió la región como “un laboratorio global”, donde los actores locales e internacionales han constatado “lo sofisticado y eficiente” del nuevo autoritarismo, especialmente visible en el caso de Nicaragua. Analizó cómo el reciente cambio político ha supuesto un desafío para el sistema internacional de apoyo y cómo la represión ha desarticulado tejido social, organizaciones y redes de activistas. “Quienes somos activistas vemos cómo desaparecemos; el compromiso disminuye”, lamentó, señalando además la preocupante disociación entre desarrollo económico y poder político.

La investigación como herramienta para transformar la realidad

Por su parte, Alexander Segovia, coordinador de RED-ICA y profesor de la Universidad Loyola, insistió en la importancia de producir conocimiento para incidir en políticas públicas, especialmente en un contexto donde “cada vez hay más temor a investigar”, como ocurre en algunas universidades centroamericanas. Subrayó que la Red ICA —con apoyo de la cooperación andaluza— surge precisamente para sostener espacios de investigación crítica y comparada.

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Segovia invitó a reflexionar sobre la propia noción de crisis democrática: “¿Es igual la crisis en Nicaragua que en El Salvador? ¿Podemos hablar de ruptura democrática en todos los casos?”. Recordó que el golpe de Estado en Honduras en 2010 interrumpió un proceso de 15 años de avances, un ejemplo de la fragilidad institucional de la región. También mostró su preocupación por la polarización global y por la necesidad de que los países del llamado “primer mundo” extraigan lecciones para proteger sus propias democracias. “Centroamérica son seis pequeños países que permiten estudiar dinámicas complejas —como la migración o la autocratización— que ofrecen claves comparativas de enorme valor”.

Citando a Ellacuría, recordó que la función de la academia es “utilizar el conocimiento como arma para la transformación”.

Clausura: democracia, paz y justicia como pilares del desarrollo

La clausura estuvo a cargo de Julio Jiménez, quien reafirmó que “sin democracia no hay orden; gana el poder el más fuerte”. En nombre de la Facultad, defendió la misión al servicio de los valores, la justicia, la democracia y el desarrollo. “La paz, pero con justicia, es el equilibrio necesario”, afirmó, subrayando que el conocimiento debe generarse, transmitirse y compartirse, y que jornadas como esta ejemplifican el papel transformador de la universidad.

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