Rafael Yuste, el hombre del millón de amigos

El libro, escrito por Manuel González Mestre, es un relato en el que el propio Yuste junto a gran parte de sus numerosos amigos, relatan parte de su vida y de su compromiso con los mas desfavorecidos. Jesús Ramírez, catedrático de la Universidad Loyola, fue el encargado de presentar el acto y dar la bienenvida, en nombre de la Universidad, a todos los asistentes. En el escenario, acompañando al autor, también estaba Manuel Fraijó, doctor en filosofía y en teología, amigo personal de Yuste y director de sus tesis doctoral.

González Mestre conocía a Yuste desde su infancia "llegó como cura obrero junto Paco López Ahumada y Miguel Ángel Ibáñez a La Colonia de Fuente Palmera cuando yo tenía un año. Mi casa fue su casa, mis hermanos los suyos y allí iniciamos una relación que ha durado hasta su partida"

yuste

Breve biografía

Rafael Yuste nació en Fernán Nuñez, Córdoba, en 1943. Hijo de padre zapatero y madre costurera, fue el menor de 9 hermanos. A los doce años entró en el seminario de San Pelagio, Córdoba, dirigido por aquel entoces por jesuitas. Es ordenado sacerdote en 1971. En agosto del 72 llega como cura obrero a La Colonia de Fuente Palmera. Entre 1982 y 1986 imparte clases en la facultad de Teología de Granada y es elegido secretario de organización de CC.OO del Campo de Andalucía. En 1986 marcha a Nicaragua donde permanece dos años como misionero, hasta su regreso a Córdoba, como profesor de ETEA, donde permanece hasta 2008. Pasa algunos largos periodos de tiempo en Paraguay. Se traslada a Almería donde continua su labor de ayuda a los más desfavorecidos. En 2015 prosigue su tarea en Nador, Marruecos y fallece en Málaga el 23 de octubre de 2018. 

 

Un gran defensor de la alegría

El autor, durante la presentación, explicó que la idea del libro nació del propio Yuste al que le llevaba rondando durante años la idea de escribir un libro biográfico. Cuando enfermó, González Mestre tomó este testigo y decidió escribir una obra que abre la puerta a numerosas voces, amigos y testigos de la vida de Yuste. Manuel González, durante su intervención, detacó del sacerdote "su mirada limpia e inteligente. Una mirada de ánimo, de alma, de alegría, él era un gran defensor de la alegría que sabia conjugar su parte más humana con la más intelectual". 

Fraijo

 

Rafael Yuste, una persona buena

Manuel Fraijó, teólogo y fiósofo, también estuvo presente en el homenaje del que fuera su amigo personal, compañero de seminario, y al que dirigió sus tesis doctoral sobre la Teología de la Liberación "Rafa no era solo un cura obrero, tenía inquietudes muy fuertes, un alma intelectual y académica. Tenia un gran desparpajo laico y una gran profundidad religiosa". Como recordó Fraijó los romanos decían que morir era pasarse a la mayoría "y  Rafael siempre prefería las minorías, no tenía ninguna gana de pasarse a la mayoría".

Sobre Yuste destacó algunos valores, el primero el de la amistad "la amistad era un oficio para él. Entraba dentro de su condición natural pero también era la mejor forma de practicar las justicia, no hay mejor forma de ser justo que siendo amigo de la gente". El segundo valor para Fraijó es que Yuste "era una persona buena. Platón decía que una persona buena es aquella que prefiere sufrir la injusticia a infligirla a los demás. Rafa era muy sensible al sufrimiento ajeno y valoraba los meritos de las personas de las que siempre aprendía algo". 

El fílósofo concluyó su intervención hablando de la resurrección y destacó el buen recuerdo que Rafael Yuste ha dejado en todos los que lo conocieron "su muerte no es real porque no se irá hasta que desparezca la última persona que lo recuerde" . 

Durante la presentación también hubo momentos muy emotivos en los que los asistentes recordaron y compartieron anécdotas del sacerdote cordobés. 

 

 

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