El proyecto Aprendiendo Juntos, de la Universidad Loyola, realizado por la investigadora Esther Montero Pérez de Tudela, gana el premio Universidades Excelentes 2021

 

El proyecto ganador en la categoría de Innovación Docente ha sido para el proyecto de la Universidad Loyola Learning Together, reconocido como la mejor práctica académica dentro esta categoría.

El premio ha sido entregado por Francisco Martínez, Director de Estrategia de la Fundación Universidad-Empresa. El jurado ha destacado la excelencia y calidad universitaria que representa este proyecto como ejemplo de innovación en la educación a través de esta experiencia llevada a cabo en la Universidad Loyola.

El proyecto Learning Together, en su versión española “Aprendiendo Juntos”, es un Proyecto de innovación docente concedido y financiado por la Unidad de Formación e Innovación Docente de la Universidad Loyola en el marco del Espacio Europeo de Educación Superior y está basado en el uso de técnicas de enseñanza transformativa.

"Compartiendo pupitre" dentro de los muros de prisión

Así, durante el primer semestre del académico 2019/2020 varias alumnas y un alumno de la Universidad Loyola e internos del Centro Penitenciario de Sevilla 1 han “compartido pupitre” y han realizado juntos un curso de derecho y criminología diseñado e impartido por la doctora Esther Montero Pérez de Tudela dentro de los muros de la prisión. El propósito ha sido crear un entorno de aprendizaje donde ambos colectivos pudieran desarrollar su máximo potencial, mejorando así sus capacidades analítica y crítica.

Este proyecto, que tiene su origen en una experiencia similar desarrollada por el Instituto de Criminología de la Universidad de Cambridge, ha sido pionero en España.

Los alumnos de la Universidad Loyola fueron seleccionados por querer trabajar en el futuro en el sistema de justicia penal y hallarse en 3º, 4º o 5º curso de criminología (grado simples y dobles grados con derecho o Psicología). Los alumnos de la prisión fueron seleccionados por su interés en recibir el curso, de entre los internos que se hallaban en la Unidad Terapéutica Educativa del Centro Penitenciario de Sevilla 1, lugar en el que se desarrollaron las clases. En total 30 personas participaron en esta experiencia. El proyecto, iniciado en septiembre de 2019, finalizó el 26 de noviembre de dicho año, con unos resultados excelentes.

El curso se ha dirigido a un grupo de estudiantes muy heterogéneo, por lo que se ha utilizado una metodología didáctica variada y adaptada a adultos, siempre dentro del marco de la enseñanza transformativa. La clases, impartidas semanalmente, han constado de una parte teórica y otra práctica.

Un proyecto y un documental

Con objeto de poder captar los eventuales cambios producidos en el alumnado participante, se realizaron tres evaluaciones: una evaluación previa consistente en una entrevista individual antes del inicio del curso a cada alumno, una evaluación intermedia a modo de grupo de discusión con los alumnos universitarios (realizada a mitad de curso), y una entrevista post-proyecto, realizada a cada participante una vez finalizado el curso.

Mientras que los internos del Centro Penitenciario mostraron un aumento de su autoestima, de sus capacidades analíticas y críticas y una disminución de su nivel de prejuicios, del análisis de las entrevistas realizadas a los estudiantes universitarios se desprende un importante cambio de mentalidad en los mismo, concretamente, una disminución de prejuicios, un importante aumento de la humanidad en la forma de ver al interno y una reducción significativa de la punitividad.

Uno de los resultados más importantes de esta experiencia ha sido la realización de un breve documental que muestra visualmente el cambio producido en los participantes.

Puede verse un pequeño reporte en nuestro canal de YouTube

Además, pueden extraerse de la experiencia descrita en estas páginas varias conclusiones. Destaca de este proyecto la importancia y los beneficios de orientar hacia la práctica la formación universitaria. A nivel docente, los estudiantes han adquirido conocimientos muy valiosos tanto a nivel teórico como práctico. Y, más allá de la docencia, destaca la importante educación en valores recibida por los universitarios y universitarias, que muestran visiblemente una actitud muchos más empática y considerada hacia los usuarios del sistema penitenciario.

El galardón lo ha recogido la responsable del proyecto, Esther Montero Pérez de Tudela, Doctora en Criminología y colaboradora de la Universidad Loyola. Esther Montero es actualmente Jurista en la Prision de Sevilla 1, ha sido Subdirectora de Tratamiento del Centro Penitenciario de Huelva de 2012 a 2017 y jurista en la prisión de Mujeres de Alcalá de Guadaira. Aparte del galardonado proyecto, ha sido responsable de otros proyectos de investigación, como el proyecto PONT (“Probation Observatory. Network and Training”), un proyecto DG Justice financiado por la Comisión Europea y coordinado por la Universidad de Bucarest o el proyecto Brisar, un proyecto Erasmus K204 sobre seguridad vial. Además, es autora de varias publicaciones en revistas de alto impacto.

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