Abstract |
Este libro es un colirio para los ojos. Cada relato sana una parte de nuestra persona, nos ilumina un rincón oscuro, nos devuelve la esperanza sobre nosotros mismos, a los que la prisa importante y cualificada no nos deja mirar, contemplar, reposar la mirada, ver. Una mirada peregrina que disuelve la cáscara de las apariencias y descubre bajo la superficie de los rótulos y las costumbres otra dimensión mucho más honda de la realidad. Lo mismo que Jesús veía surgir el reino de Dios desde todas las vidas descalificadas por la sociedad de su tiempo, Mariola ve cómo el don nuevo e incesante de Dios sigue llegando hoy por esos desapercibidos profetas de la condición humana. Esos destellos fugaces del reino de Dios, no son como la estrella de los Magos que los condujo persistente a través del inerminable desierto. Se parecen más bien a la claridad que brilló unos segundos en los rostros de los pastores y los dejó alegres en medio de su noche marginal. Se puede abrir en cualquier página como el que abre una fuente. Pero no es un libro inocente. Lleva dentro una exigencia profunda: "Hay que nacer de nuevo para ver el reino de Dios" (Jn 3,3) y, al mismo tiempo, hay que cuidar y abrazar la vida de los otros allí donde se encuentra más amenazada". |