Abstract |
Se abren paso ligeras en la oscuridad con las manos llenas de perfumes. La tradición cristiana ortodoxa las llama "miróforas": son las mujeres portadoras de mirra en la mañana de Pascua, mujeres de la atención al cuerpo del Señor, mujeres de la atención a los cuerpos heridos de la historia. Desde el Evangelio y desde la vida, compañeras de madrugada como Etty Hillesum, Madeleine Delbrêl y Dorothy Day, nos alientan revistiéndonos de esperanza y nos revelan que el Resucitado quiere encontrarnos precisamente allí donde nosotros preferiríamos no ir, ni mirar. Si Dios no fuese capaz de revelarse en los "anti-lugares" de nuestro mundo, de nuestro cuerpo, de nuestra psicología... ¿Dónde y cómo podríamos hallarle entonces quienes quizá nunca podamos salir de ahí? Quedan muchos perfumes por derramar, queda mucha acción tierna por escribir en nuestra piel, y son los otros los que vienen a despertarla. |