Una organización educativa debe conocer la realidad y el contexto social en donde se desarrolla su tarea. Debe tener una visión de lo que va a ocurrir, ser proactiva y conocer las necesidades de la sociedad en donde se desenvuelve. Una Institución educativa debe profundizar en la autonomía de sus centros como algo que la distinga y le de un carácter diferenciador. El mayor soporte y la mayor riqueza de un Centro Educativo es su Carácter Propio, lo que ofrece a la sociedad como distintivo propio. Por último, la Escuela Católica nace con una única vocación: la evangelización.

Para llevar adelante el proyecto educativo de un centro es necesario un fuerte liderazgo con sólidos cimientos personales. Igualmente, es un liderazgo que se desarrolla cada vez más en equipo y dota a la misión de la Institución de una visión estratégica clara que la proyecta en el futuro de manera concreta.

Posiblemente la institución social más reconocible a lo largo de la historia sea la escuela. Por esta misma razón necesitamos transformar la escuela para convertirla en una herramienta social capaz de dar a la sociedad y a los alumnos una naturaleza y un aprendizaje que se adapte a las necesidades sociales. Necesitamos educar en y con las herramientas que la sociedad usa en la actualidad. Pero también necesitamos que los Centros Educativos sean viables económicamente.

Conocemos nuestro contexto y nuestra razón de ser, si apostamos por un liderazgo compartido y cuya base está en el Carácter Propio de los Centros, si tenemos claro qué alumno queremos que salga de nuestros centros y con qué competencias, si estamos dispuestos a apostar por un centro educativo con proyección de futuro: necesitamos personas con talento que hagan posible la misión del Centro. ¿Cómo encontrarlas dentro y fuera de nuestros colegios? ¿Cómo desarrollar sus competencias, sus conocimientos y sus habilidades para que su compromiso con el Centro Educativo y con la Misión de la Institución sea un hecho? Por último, ¿cómo gestionar todo ese valor? ¿En qué marco legislativo?

Peter Drucker decía que lo más importante en la Comunicación es escuchar lo que no se dice. Efectivamente tenemos que aprender a comunicar directa e indirectamente lo que somos y lo que hacemos. La sociedad debe conocer nuestros colegios por lo que mostramos, pero también por lo que no mostramos directamente, pero hacemos internamente, en silencio. Poner en valor nuestros Centros es hoy más importante que nunca.

Los participantes deberán entregar un proyecto final a modo de síntesis de carácter práctico y aplicado en el que reflejen los aprendizajes trabajados en el mismo. Se realizará una presentación pública del mismo.