La investigadora Paula de Juan Iglesias desarrolla sus estudios de doctorado en el Programa en Psicología de la Escuela de Doctorado de la Universidad Loyola. Con el título: “Evaluación de la implementación de una mHealth app para la prevención de la depresión perinatal en atención primaria”, desarrolla este trabajo en el marco del proyecto europeo “Universal prevention of maternal perinatal mental disorders and its implementation as normalized routine practice”.
El trabajo se divide en dos fases: La primera, consistiría en la participación de mujeres embarazadas y madres de hasta un año después del parto y profesionales del ámbito perinatal (desde el embarazo hasta 1 año tras el parto) en el diseño de una aplicación móvil cuyo objetivo es prevenir la ansiedad y la depresión perinatal. A través de su implicación se identificarían y analizarían las necesidades y preferencias de esta población y favorecería su adaptación al contexto.
La segunda, al recomendarla durante el ensayo en los centros de salud de atención primaria, se evaluarían los facilitadores y las barreras que han surgido. Con el objetivo de encontrar soluciones ante esas barreras y favorecer la adecuada implementación de la aplicación en el sistema de salud, para que se convierta en un complemento que forme parte de la práctica o asistencia habitual de las mujeres durante este periodo.
La investigadora habla de su experiencia en la Universidad Loyola.
¿Qué crees que te aporta para tu carrera investigadora el programa de doctorado?
Por un lado, la excelente formación académica que ofrecen a través de un programa de asignaturas obligatorias y otras más específicas. Esforzándose por ofertar asignaturas que cubran las demandas formativas del alumnado de doctorado.
Y, por otro lado, las esenciales, que se aplican en otros trabajos, son las habilidades transversales que adquieres durante el proceso formativo. Entre ellas están el trabajo en equipo, las habilidades comunicativas, la organización y gestión del tiempo, la reflexión de ideas, el análisis crítico de la información y a medida que vas avanzando, el ajuste de expectativas, que creo que durante esta etapa que supone un reto es fundamental.
¿Cómo valoraría la experiencia con el equipo docente?
La experiencia con el equipo docente ha sido y es muy positiva.
Son profesionales con un alto nivel de formación y conectados con el mundo de la investigación y que se preocupan por entender las demandas de las diferentes investigaciones que se plantean para personalizar las sesiones. Y, además, el carácter distintivo es que transmiten los valores jesuitas de la institución, mostrándose cercanos y humanos durante el proceso.
¿Cómo valorarías las herramientas y actividades formativas que te ofrece el programa para ser una futura investigadora?
De calidad, para configurar el perfil profesional que se ajuste a los criterios que demandan en el mundo de la investigación. En definitiva, una formación flexible, internacional, actualizada y muy humana con el objetivo de que cuando termines el doctorado no tengas que iniciar tu carrera, sino que continues despegando.
¿Qué te hizo decidir desarrollar en Loyola un programa de doctorado?
Todo comenzó cuando me contrataron como ayudante de investigación en un proyecto de investigación europeo financiado a través de una ERC Starting Grant 2021, llamado e-Perinatal, liderado por la Investigadora Principal Emma Motrico. A partir de ahí, tuve la oportunidad de pertenecer a la Escuela de Doctorado de Loyola. Desde el primer momento su personal y la gestión me hicieron sentir la confianza necesaria como para saber que estaba en el camino adecuado y que contaría con los recursos necesarios para día a día acercarme al objetivo final, doctorarme en la ciencia que me apasiona y poder realizar aportaciones que contribuyan al bienestar mental de la población.
