"Quiero dar una perspectiva positiva a la migración, ver qué factores les permite a los jóvenes migrantes lograr la estabilidad social y jurídica en sus nuevos contextos de vida"

24/05/2023

Tatiana Avignone es Ayudante de Investigación en la Universidad Loyola y desarrolla su tesis en el Programa de Doctorado en Desarrollo Inclusivo y Sostenible y también desarrolla a cargo del proyecto VRIME, cuyas siglas indican (Instrumento de Valoración del Riesgo en Menores y Jóvenes Migrantes Residentes en Andalucía).

Financiado por la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación de la Junta de Andalucía y dirigido por la profesora Gloria Fernández Pacheco, del Departamento de Derecho cuenta con un equipo interdisciplinar formado por expertos en Migraciones, Ética y Filosofía, etc. Y además participan otras entidades como SAMU, EmetArcoiris e Isotrol.

El proyecto parte de una realidad, la creciente afluencia en nuestro país y más concretamente en Andalucia de Menores migrantes no acompañados, jóvenes que en muchos casos han sufrido experiencias traumáticas y, que en muchas ocasiones aumentan su vulnerabilidad y con ello su dificultad para integrarse en la sociedad. Para ello, los expertos han comenzado identificado los perfiles de riesgos más habituales en estos menores y jóvenes migrantes residentes en Andalucía y han creado una herramienta digital capaz de facilitar a los profesionales una atención individualizada y especializada a los niños y niñas migrantes.

Tatiana trabaja en este proyecto y desarrolla su tesis precisamente sobre menores extranjeros no acompañados con un enfoque de género y de derechos humanos. Recientemente ha realizado una estancia con el profesor Ravi Kohli, un investigador, trabajador social y experto en estudios y en el trabajo con menores solicitantes de asilo y refugiados, en la University of Bedfordshire. Tatiana ha tenido allí la oportunidad de presentar esta herramienta y de nutrirse de las experiencias e investigaciones que se desarrollan allí, por eso nos va a contar detalles sobre su experiencia.

Pregunta: ¿Cómo llegaste a Loyola para hacer tu doctorado y al proyecto VRIME? ¿Qué fue lo que te aportó para tomar la decisión de abordar este tema de una forma tan profunda?

Respuesta: Hacía varios años que estaba pensando hacer un doctorado porque estaba trabajando con menores sobre todo niñas en riesgo de exclusión social en el sistema de Justicia Juvenil en España y en Italia, como trabajadora social y como educadora social.

Soy trabajadora social, Máster en política y servicios sociales en la Universidad la Sapienza. Mi objetivo era hacer un doctorado que se adaptara a mi formación y además que me permitiera aportar algo con mi experiencia previa con este perfil de menores en riesgo de exclusión.

Fue en agosto de 2021 tras dar a luz a mi hijo cuando vi la oferta y en 2021 empecé a trabajar como ayudante de investigación en el proyecto VRIME Loyola.

P: ¿Cuál es la aportación que haces con tu trabajo y tu investigación al proyecto VRIME? ¿Qué te aporta cada paso cada día en este proyecto?

R: Mi tesis está enmarcada en el proyecto VRIME, hemos creado una herramienta de valoración del riesgo en menores inmigrantes con la que las entidades que acogen menores migrantes en Andalucía pueden gestionar la información que tienen cuando el menor llega y trascurre un tiempo en el centro de acogida, en 6 áreas de intervención: educativa, social, psicológica, criminológica, jurídico situacional y con un enfoque transversal a los derechos humanos. Entonces dentro de este proyecto se enmarca mi tesis, pero realmente lo que me he dado cuenta cuando estábamos desarrollando la primera parte del proyecto como teníamos una muestra muy pequeña de niñas migrantes y me preguntaba por qué, por qué había ese nivel de desequilibrio entre niños y niñas. Entonces empecé a documentarme y vi que había un gap... un vacío de conocimiento importante en la literatura y pensé que podía ser importante estudiar en una perspectiva de género este colectivo de menores en exclusión social. Estudiar más las características y la experiencia migratoria de las niñas que llegan a Andalucía, no acompañadas o acompañadas por adultos que dicen ser su progenitor o un familiar de referencia y realmente luego no lo son y entonces siguen siendo menores no acompañadas o “malacompañadas” digamos. Me gustaría con mi trabajo descubrir y contar historias de éxito, de inclusión social, de hospitalidad gracias a la cual estas niñas hoy tienen un futuro “normal” y una vida “ordinaria”. Me gustaría dar voz a las niñas, porque, aunque parece que no están, si hay niñas, en un numero bastante inferior pero no por eso menos importante.  Quiero dar una perspectiva positiva a la migración, ver que factores les permite a los jóvenes inmigrantes lograr la estabilidad social y jurídica en sus nuevos contextos de vida.

Considero que hay cierto sesgo de conocimiento en ese sentido por lo que creo que mi deber como investigadora, como miembro del del proyecto, es intentar llenar ese vacío y aportar mi conocimiento y mi estudio para conocer la realidad de los y las menores migrantes en Andalucía.

P: ¿Qué está suponiendo para ti y para el proyecto “traspasar fronteras” y ver cómo se hacen las cosas en otro lugar?

R: Yo soy extranjera, italiana y me resulta interesante “traspasar fronteras”, lo cual significa realmente ver cómo otros países trabajan en el ámbito de las migraciones con los menores y los jóvenes, su sistema de acogida, la respuesta frente a las necesidades individuales de los jóvenes. Es un tema muy complejo el de las migraciones de menores, depende de cada sistema de protección de cada país (porque los menores son antes menores que migrantes). Pero creo que es importante conocer las realidades de otros países porque realmente Andalucía es como la primera puerta de acceso, pero los niños y las niñas migrantes posteriormente “traspasan fronteras”. Por lo que ello significa observar las dificultades que se pueden encontrar, pero también las oportunidades en otros países, incluso más ricos que los del sur, observar la metodología que siguen los profesionales para mejorar su inclusión social. Poder discriminar, reflexionar, comparar y aprender te abre la mente y es muy muy enriquecedor. Otra cosa importante es crear y hacer contactos que nos permitan trabajar en el ámbito de las migraciones de forma conjunta y compartir buenas prácticas de intervención a nivel internacional.

P: ¿Qué podemos aprender en Andalucía de las experiencias de hospitalidad y buenas prácticas que estás observando en Inglaterra y Escocia?

R: Creo que la hospitalidad ha sido el ingrediente principal de mi estancia. En Inglaterra, me ha acogido un profesor de la University of Bedfordshire que se llama Ravi Kohli, una persona estupenda, además de ser un profesional y un investigador experto. Me ha ayudado a hacerme una buena red de contactos y hacer entrevistas con varios profesionales para entender el sistema de acogida allí. Pero, algo que me ha dado bastante marcada entre las tantas cosas, fue cuando fui a Escocia, a Glasgow con Ravi Kohli, que conocí una entidad que se llama refuweegee, una organización que ha sido creada para dar una bienvenida cálida y solidaria a los migrantes, por lo que tienen la sencilla idea de regalar un Welcome pack, un bolso de tela con objetos de primera necesidad. Una de las cosas que había dentro de ese bolso para niños o adultos eran dulces escoces, una gorra escocesa y un paraguas, además de juguetes y libros para niños. Pero lo que más me llamó la atención fue una carta que cada bolso incluía, que un ciudadano de Glasgow deja escrita para esa persona migrante sin conocerla, simplemente para darle una bienvenida. Cito un ejemplo de una que leí:

“Querido amigo, Bienvenido a nuestra espléndida ciudad donde el tiempo puede ser raro y frio, y nuestro acento bastante difícil de entender pero somos muy amables, sociables y aceptamos a todos con un coloquial “hey todo bien” . Entiendo que ningún lugar puede remplazar nuestra tierra madre, pero Glasgow es un sitio estupendo donde vivir y espero que tú pronto puedas pensar en Glasgow como tu ciudad, como tu casa. A veces las cosas pueden asustar al principio, pero hay un sitio para todos en esta ciudad y no nos importa tu religión, tu nacionalidad, tu raza, tu edad, tu sexualidad, tu género. Dicen que las personas hacen Glasgow y esto definitivamente ahora te incluye a ti también. Bienvenido a nuestra espléndida ciudad espero que seas muy feliz.”

P: ¿Qué esperas que te aporte en el futuro esta estancia?

R:Creo sinceramente que la estancia por un lado me ha hecho ver que mi doctorado va por la línea adecuada, porque he visto que mi tema de investigación interesa y realmente puede llenar una laguna de conocimiento, pero por otro lado me ha conducido hacía una perspectiva que no había considerado antes tan importante. He visto el potencial que tiene la comunidad, las personas, y me ha permitido confiar en la reciprocidad como hilo conductor en la acogida, y para que las historias de los migrantes se trasformen en historias de éxito. Las historias de éxito son parte de una relación reciproca entre la comunidad y el migrante/menor o adulto, donde las dos partes se retroalimentan positivamente. Además, la estancia me ha dado la posibilidad de conocer personas muy importantes e influyentes en el ámbito de los estudios para menores migrantes y refugiados, estableciendo una red de contactos con profesionales que trabajan en diferentes países de Europa y fuera de Europa, focalizándose también en el género en Australia, Inglaterra, Escocia y Noruega. Ellos comparten mi perspectiva positiva de investigación en migraciones: no porque las experiencias negativas no sean relevantes, sino porque las positivas son importantes e incluyen momentos difíciles también. Todo esto lo considero bastante importante para mi futuro profesional en el ámbito académico.

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