Germán Muñoz es alumni de la primera promoción del Dual Business Degree en el campus de Sevilla. Su paso por la Univesidad Loyola lo considera como una "etapa de apertura y crecimiento". Destaca de su formación no solo "la cuestión académica sino también otras dimensiones como la espiritual o de impacto social".
Germán acaba de iniciar una nueva etapa laboral como colaborador de la Compañía de Jesús desde su Curia General en Roma. Su labor consiste en dar soporte a los proyectos de la Secretaría de Educación Superior y los consejeros de Discernimiento y Planificación Apostólica, así como de Formación. Esta nueva etapa la afronta con gran ilusión "me hace muy feliz poder aportar mi granito de arena a la misión norteada por las Preferencias Apostólicas Universales". Antes de llegar a Roma, Germán vivía en São Paulo (Brasil), donde trabajaba como consultor en proyectos de revisión e implementación de procesos y tecnología en el ámbito de los servicios financieros.
Pregunta (P): ¿Por qué decisite estudiar en la Universidad Loyola?
Respuesta (R): Era el primer año del campus de Sevilla, y la idea de participar, inicialmente como estudiante, de un proyecto tan ilusionaste pero con tanta tradición por detrás me atrajo mucho. Se fue confirmando a lo largo de los años, todos en la Universidad daban lo mejor de si mismos para ofrecer la mejor experiencia posible.
«Destacaría de Loyola el cuidado que se tiene del estudiante de forma global, partiendo desde la atención personalizada y pasando por la oferta de actividades de los diferentes servicios»
(P): ¿Qué significó para ti estudiar en Loyola? ¿Qué crees que diferencia a Loyola de otras Universidades?
(R) Considero mi etapa en la Universidad como una experiencia de abertura y crecimiento, fundamentalmente. Era la primera vez que compartía clase con estudiantes internacionales, que yo mismo tenía la experiencia de estudiar en el extranjero o que me encontraba con todo lo relacionado a la espiritualidad ignaciana. Destacaría de Loyola el cuidado que se tiene del estudiante de forma global, partiendo desde la atención personalizada y pasando por la oferta de actividades de los diferentes servicios, donde no solo se pone el foco en la cuestión académica, sino también en otras dimensiones como la espiritual o de impacto social a través de las acciones de voluntariado.
(P): ¿Como ha sido tu experiencia en el Dual Business Degree? ¿Qué te ha aportado?
(R): Hace unos días pensaba precisamente sobre ello. Sinceramente, fue una oportunidad que a todos los niveles, sumó. Ni que decir tiene el valor de poder inserirse durante más de un año en el día a día de los estadounidenses, parece que te sube las revoluciones y te hace sacar lo mejor de ti mismo. Comienzas a ver todas las oportunidades como posibles, y pienso que esto es revelador, ya que te quita complejos. Me refiero a verse capaz de encontrar unas buenas prácticas y un futuro empleo, a realizar una presentación dejando al lado la vergüenza o darte cuenta de que has finalmente emprendido el camino de convertirte en adulto.
Y por supuesto, cómo olvidar a las personas que empezaron siendo compañeros y hoy son grandes amigos. Claro, otros intercambios académicos proporcionan una experiencia parecida, pero creo que el Dual -como nosotros le llamamos- viene rodeado de una serie de experiencias (culturales, a nivel académico por el plan de estudios e institucionales) que hacen que la huella que deja sea muy evidente.
(P): Cómo se ha reflejado tu preparación académica en el desarrollo de tu actual puesto de trabajo
(R): La exposición a las diferentes asignaturas supone para mi, hoy en día, tener pequeños compartimientos en mi cerebro que se van abriendo para recordarme que existen muchas posibilidades para abordar un problema que pueda plantearse. Esto no significa que sepa la respuesta de forma automática, mucho menos que recuerde la teoría al dedillo, pero sí me da pistas de por donde podría empezar y me ayuda a estar más tranquilo porque con seguridad no será algo imposible de resolver.
(P) En el contacto con el mundo laboral, ¿qué te aportó el servicio de Carreras Profesionales?
(R) El hecho de que trajeran profesionales de forma presencial para explicar lo que hacían en su día a día o hablar sobre la empresa para la que trabajaban (o han creado), me daba pistas sobre cómo por ejemplo comportarme en una eventual entrevista de trabajo. Son pequeños códigos con los que a mi me resultó útil familiarizarme, puesto que en mi entorno familiar no tenía esas referencias.
A nivel personal la Universidad desarrolla un sentido de la humildad y respeto por el trabajo y conocimiento de los otros, muy profundos.
(P): ¿Qué valoras más de la formación que has recibido en Loyola?
(R) Como decía, valoro mucho haberme expuesto a tan variadas asignaturas (estrategia, derecho, macroeconomía, algo de estadística y análisis de datos...), porque me permite saber que hay muchas disciplinas a las que poder acudir para enfrentarse a los problemas y proyectos que van apareciendo. Al mismo tiempo, a nivel personal la Universidad desarrolla un sentido de la humildad y respeto por el trabajo y conocimiento de los otros, muy profundos. Reconocer que la interdependencia con otros es necesaria me parece un punto importante para estar preparado para sumar dentro de equipos de trabajo.
Gracias a las Premios a la Excelencia Académica y fórmulas de financiación pude vivir la experiencia de formarme en esta Universidad
(P) ¿Qué le dirías a un estudiante en su primer día en la Universidad Loyola?
(R): Que pasa volando, y que por lo tanto lo aproveche. Es un topicazo, pero es que es así. La realidad es casi completamente maleable en función del foco que le pongamos a lo que hacemos. Está bien no estar seguro de qué hacer el resto de la vida, puedes probar varias cosas. Pero si me permites el consejo, aprovecha lo que tienes delante y dedícale tu atención, ya sea estudiar una asignatura, un trabajo en grupo, o los primeros eventos a los que te inviten. Todo puede sumar si estás en la disposición de querer recibir.
Me gustaría aprovechar esta pregunta para dirigirme a aquellos estudiantes con ganas de esforzarse que estén pensando en la Universidad Loyola como una posibilidad pero no estén seguros de dar el paso por cuestiones económicas. Este era también mi caso, pero gracias a las Premios a la Excelencia Académica y fórmulas de financiación pude vivir la experiencia de formarme en esta Universidad. Por ello animo a estas personas a, junto con sus familias, conocer las posibilidades que se ofrecen en este sentido.
