"Sacar plaza a la primera en el PIR es posible, y los estudiantes de Loyola hemos demostrado que se puede"

22/02/2024

Manuel Martín Rabasco está graduado en Psicología y Criminología por la Universidad Loyola. Para él, sus cinco años en la Universidad han sido como el mayor periodo de crecimiento personal que ha vivido. Ha aprendido mucho, conocido a personas muy importantes y ha descubierto su pasión profesional, la psicología clínica.

Desde el momento en el que empezó la Psicología quiso conocer las razones de por qué hacemos las cosas que hacemos. Y a día de hoy puede decir que "se siente casi como un sueño el poder dedicarse a algo tan bonito como la psicología".

PREGUNTA (P): ¿Qué es el PIR?

RESPUESTA (R): El PIR, en sí, es un acrónimo cuyas siglas refieren a «Psicólogo Interno Residente». Y es, en España, la única vía que tenemos los psicólogos de trabajar en la sanidad pública. Un aspecto importante es que es una formación pagada (¡te pagan a ti por formarte!). En ella, a lo largo de cuatro años se te instruye y supervisa en las distintas labores que realiza un psicólogo en un hospital, adquiriendo cada vez más responsabilidad hasta que terminas tratando autónomamente a tus propios pacientes. Para aquellas personas a las que les resulte familiar, es igual al MIR, solo que este lo hacen los médicos.  

Cuando terminas los cuatro años, el Estado te reconoce como facultativo especialista y, desde ese momento, pasas a ser Psicólogo Especialista en Psicología Clínica. En este momento, puedes decidir si continuar con tu labor en la Sanidad pública o, si lo prefieres, desarrollarte profesionalmente en una consulta privada.

(P): ¿Por qué decidiste prepararte el examen PIR?

(R): En mi caso, elegí el PIR porque quería atender a población con problemas de Salud Mental graves, perfil no tan frecuente en las consultas privadas. Atendiendo a este tipo de población, sentía que no sólo hacía un bien por la sociedad, sino que podía crecer tanto a nivel profesional, como a nivel humano. El tratar con personas que han estado expuestas a situaciones muy adversas te ofrece una faceta del dolor humano inaccesible desde cualquier otro frente. En este sentido, aprender a ayudar a superar problemas psicológicos graves lo considero un bien de un valor altísimo en los tiempos que corren, en los que los problemas de salud mental afectan a cada vez más personas —y más jóvenes—.

Además, yo estaba decidido desde mucho antes de terminar la carrera, recuerdo que desde el servicio de Carreras Profesionales de la Universidad Loyola se organizó una charla con un Psicólogo Especialista en Psicología Clínica y aquel fue el punto en el que más claro lo tuve.

"Quería aprender como a través de la palabra se podían desactivar crisis psicológicas graves, quería aprender como a través de algo tan cotidiano como el lenguaje se podía hacer tanto bien, y el PIR me parecía el mejor camino para ello"

(P): ¿Cómo puede un alumno de Loyola ser PIR?

(R): La cara más amarga del mundo de la Psicología hospitalaria es que, para acceder a ella, se ha de superar una oposición que tiene un ratio muy bajo de admitidos (habiendo superado previamente el grado de Psicología, claro está). Este año, entrábamos en el PIR 1 de cada 14 aspirantes (aproximadamente) y es que sólo se han ofertado 247 plazas para toda España. La media para conseguir entrar creo que se encuentra en 3 años de preparación de la oposición. Al ser tan pocos los admitidos y un temario tan amplio, que el día del examen el viento sople a tu favor es determinante (nadie saca un 10 en el PIR, ni siquiera un 9).

Más concretamente, aprobar el examen PIR consiste en sacar una de las 247 mejores notas en un examen compuesto de 210 preguntas (de las cuales, 10 son de reserva). Al menos este año, pues había 247 plazas. Para aquellos interesados, se prevé un aumento considerable de este número, lo que hará que sea más accesible y se acorte el tiempo medio que tarda un aspirante en conseguir su plaza.

(P): ¿Cómo ha sido tu experiencia?

(R): Que la media sea sacar plaza en tres años no quiere decir que necesariamente tardes ese tiempo en sacarlo, en mi caso, he conseguido la plaza 111 en mi primera convocatoria. Además, otro compañero recién graduado de la universidad Loyola, también ha conseguido sacar plaza en su primer intento.

"Sacar plaza a la primera es posible, y los alumnos de Loyola hemos demostrado que se puede"

Como digo, mi experiencia ha sido muy positiva, mi rutina consistía en unas 8 horas de estudio diario, una hora de deporte y un pequeño rato de desconexión. Todo ello de lunes a sábado, los domingos y sábados a partir de las 20:00, descansaba. Al principio, el ritmo puede parecer muy desafiante, pero al cabo de un mes estás acostumbrado, especialmente si consigues un grupo de estudio que también esté opositando. La compañía a lo largo del proceso es fundamental y en mi caso es una parte del mérito de haber conseguido la plaza.

(P): ¿Cómo te ha ayudado tu paso por la Universidad en la preparación?

(R): Soy honesto cuando digo que el haber estudiado en Loyola me ha ayudado a conseguir mi plaza. Tal y como se estructura el grado en la universidad, los dos últimos años profundizamos en el área de Psicología Clínica (con asignaturas como Psicopatología, Intervención en Psicología Clínica o Habilidades del Psicólogo Clínico). Este área compone el corpus principal del examen PIR y, además, en la universidad estudiamos algunas de estas asignaturas desde manuales de referencia, lo que supone empezar a estudiar contenido del PIR desde antes de empezar, lo cual es una ventaja.

(P): ¿Qué le dirías a un alumno de la universidad que esté planteando presentarse al PIR?

(R): Le animaría sin ningún tipo de duda. Cualquier alumno de Psicología de la Universidad Loyola que esté implicado con la carrera cuenta con una buena base para prepararse el PIR. Además, en la universidad hay profesores que, de hecho, se han preparado el PIR y pueden orientarles en este aspecto. Por otro lado, me gustaría transmitirles confianza, muchas veces el aprendizaje que llevamos desde la universidad es más alto del que pensamos. Para que sirva de precedente, este año, sin ir más lejos, cuatro alumnos de Loyola Sevilla hemos conseguido sacar plaza, siendo para dos de nosotros nuestro primer intento.

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