El Servicio de Evangelización y Diálogo de la Universidad Loyola, Loyola SED, ha organizado dos experiencias de inmersión en la espiritualidad ignaciana para estudiantes que han llamado ‘Tras las huellas de San Ignacio’.
El curso pasado, cuando por fin las restricciones de la pandemia lo permitieron, iniciaron esta experiencia en Loyola (Azpeitia) un grupo de 35 estudiantes. Este año han repetido la del verano pasado y han añadido otra más en Manresa.
Tras las huellas: una experiencia para profundizar en el recorrido vital de San Ignacio
¿En qué consiste la experiencia de "Tras las Huellas"? Son 9 días de profundización en la experiencia espiritual a través del recorrido vital que hizo San Ignacio. Por ello, se eligen como enclave los lugares más significativos de su biografía: Loyola, el lugar donde nació y creció; y Manresa, donde tuvo la vivencia espiritual más fuerte que le llevó a iniciar la redacción de sus ejercicios espirituales.
Durante estos días se ofrecen a los participantes diferentes talleres sobre oración, espiritualidad, conocimiento de ellos mismos, dinámicas de grupo, etc. Todo con el objetivo de ayudar a introducirse en lo que se puede llamar ‘la experiencia interior’, es decir, descubrir el mundo interior que nos habita y vincularlo a la fe cristiana.
Conocer lugares y personas vinculadas a la Compañía de Jesús
Otro de los elementos de estos viajes es conocer lugares y personas que estén vinculados a la Compañía de Jesús y que puedan inspirar las decisiones y compromisos futuros. De este modo, han visitado la Universidad de Deusto, Arrupe Etxea en Bilbao, Loiola Etxea en Donosti, el monasterio de Montserrat, la Cova de Manresa, el convento de Santa Clara o la Sagrada Familia. En cada sitio, han ido escuchando testimonio de personas cuyas vidas tienen mucho que aportar por su compromiso con la transformación del mundo a un lugar más justo y solidario.
"Uno de los elementos de estos viajes es conocer lugares y personas vinculadas a la Compañía de Jesús"
En Manresa, pudieron compartir un rato, por ejemplo, con la conocida y mediática religiosa dominica Sor Lucía Caram. Esta monja contó a los estudiantes su campaña para conseguir ambulancias para Ucrania a la que dos de nuestras alumnas se han sumado viajando hasta Leopolis.
La vida espiritual necesita tiempo
“Consideramos importante poder realizar este tipo de actividades porque la vida espiritual necesita de tiempo”, explica Ignacio Andrío, responsable de Loyola SED en Córdoba. Durante el curso “vamos muy ajetreados con las asignaturas y las responsabilidades semanales y el verano es un tiempo privilegiado para poder dedicar tiempo a escucharse por dentro con tranquilidad y sin prisas”, continúa.
La narrativa que nos proporciona la vida de San Ignacio de Loyola como arquetipo de vida realizada “muestra que la actualidad del personaje es totalmente aplicable al joven de hoy” porque “todos recorremos de alguna manera las etapas de la vida de San Ignacio si decidimos iniciar un camino en la fe”, cuenta Andrío.
"Consideramos importante realizar este tipo de actividades porque la vida espiritual necesita tiempo"
Es probable que, para quienes no han crecido en colegios jesuitas, sea desconocida la historia de San Ignacio “por eso en la universidad queremos hacer presente a través de estas actividades a quien inspiró la obra de la cual hoy formamos parte".
La experiencia renovadora de Paula Pain
Paula Pain es alumni del Grado Doble en Relaciones Internacionales + Comunicación y acaba de volver de la experiencia de 'Tras las Huellas'. Esta vivencia ha sido renovadora para ella "suena a cliché porque parece que todo ahora es renovador, pero lo cierto es que en una semana hemos convivido casi cuarenta personas de España y Estados Unidos con las mismas inquietudes espirituales y el propósito común de encontrar luz, y esto es algo que no sucede con mucha frecuencia".
"Ha sido una experiencia renovadora" explica la estudiante Paula Pain.
Lejos de sentirla como una despedida, nos dice Paula que ella la ha vivido como la puerta de entrada a una nueva etapa después de cinco años maravillosos en Loyola. Y es que ha podido conocer "a gente increíble, de diferentes edades y en diferentes momentos vitales" además de haber tenido tiempo de silencio "para encontrarme conmigo misma y reencontrarme con esa energía más grande que nosotros mismos que es Dios".
(Des)conexión, oración y servicio
Ignacio de Quinto, del Grado en Comunicación, realizó la experiencia de 'Tras las huellas' el pasado verano en Loyola. Esto supuso un antes y un después en su vida "este curso tenía las expectativas muy altas con la experiencia de Manresa y la resumo en tres palabras: (des)conexión, oración y servicio".
"La frase que dijo Sor Lucía Caram se me quedó grabada: hasta que no comencé a vivir con los pobres, no aprendí a leer el Evangelio" dice Ignacio.
Uno de los mejores momentos de la experiencia para él "fue cuando peregrinamos desde Monserrat a Manresa, disfruto mucho de caminar por la montaña y más si el paisaje era como el que podíamos disfrutar". Tuvieron, también, un encuentro con la monja dominica Sor Lucía Caram "y dijo una frase que se me quedó grabada: hasta que no comencé a vivir con los pobres, no aprendí a leer el Evangelio".
Este testimonio, junto a la visita a la comunidad de Sant'Egidio, movió algo muy grande en Ignacio: "me siento muy llamado a actuar". En resumen, "este viaje ha sido una experiencia maravillosa y que recomiendo a todo el mundo".
