Este jueves, 11 de enero se ha celebrado el seminario “La Inteligencia Artificial y la Educación Superior. Retos y oportunidades”, un punto de saber llevado a cabo por el Instituto de Ética Aplicada en el campus de Sevilla de la Universidad Loyola.
Un espacio abierto a todo el profesorado de la universidad, para dialogar y reflexionar sobre el impacto actual y futuro de la inteligencia artificial en la actividad universitaria, docente e investigadora. En un primer momento, Francisco Alarcos ha ofrecido una conferencia donde ha planteado la dimensión ética en su relación con la inteligencia artificial, aplicado a la propia universidad.
Asistentes al seminario “La Inteligencia Artificial y la Educación Superior. Retos y oportunidades”
Francisco Alarcos es Catedrático de Ética y miembro del consejo asesor de la Agencia Digital de Andalucía sobre los retos que plantea la Inteligencia artificial a la educación superior. En ese sentido, su conferencia se ha centrado en el bien de la ética y la moralidad que tiene dentro la Inteligencia Artificial. Ha comenzado reflexionando sobre los retos que plantea la Inteligencia Artificial a la Educación Superior. "Debemos tener en cuenta que no hay solo una, hay muchas éticas".
El papel que tiene la Ética en la IA tiene diversos retos, entre ellos, según ha comentado Alarcos, se apela a la ética para saber que se puede hacer y que no, además de sus argumentos de justificación. Si la ética se vincula a la tradición aristotélica, se centra en la virtud, una repetición constante para ser un virtuoso o, si nos centramos en la ética kantiana, ésta no puede ser universalizable.
Hay muchos puntos y aspectos para poder definir o explicar la ética en este campo, la conexión con la realidad es uno de ellos. El mundo interior y el mundo exterior se unen a través de la interpretación de la inteligencia por los sentidos. Si nos dejásemos llevar por opiniones inconexas, no se daría nunca esta unión. Este tipo de inteligencia es imposible para la IA.
“Los valores son propiedades de la realidad, por tanto, si no hay realidad, no hay valores, solo habrá ideas”. Max Scheler-.
La manera que tenemos de conocer lo real y como me afecta la realidad, nos lleva a la forma de actuar, esa es la ética, porque los valores son propiedades de la realidad. Existen 3 realidades según el valor que tienen. Las primeras son las Materiales, que tienen un valor relativo, por la oferta y la demanda. Las Vitales, que son universales y los portan todos los seres vivos. Y las Espirituales, que, en este caso, solo son soportados por las personas, por tanto, son las que tienen los valores absolutos.
Francisco Alarcos, Catedrático de Ética y miembro del consejo asesor de la Agencia Digital de Andalucía
Cuando nos movemos en la ética de la Inteligencia Artificial, hay que situarse en una ética axiológica, donde los valores que estimamos o desestimamos de manera racional se centran en la dignidad. Por ello, en la ética solo pueden vivir los seres inteligentes y responsables, porque somos seres anticipativos a la realidad y, además, podemos proyectarla.
“La dignidad dice que tú eres el fin de ti mismo”.
La mayor diferencia entre nuestra inteligencia y la IA, es el algoritmo. La búsqueda en un orden para ordenar la realidad desde ese algoritmo. Nosotros tratamos de comprender la realidad, somos comprensivos, en cambio la IA es elusiva, nunca entenderá ni comprenderá la realidad, está estructurada en la lógica de la necesidad, ordena según su programación y no busca el sentido, es incapaz de la sorpresa.
Francisco Alarcos en su ponencia
La IA es un salto en la humanidad, pero tiene un problema, en vez de resolver la realidad, nos sitúa en lo virtual. Francisco Alarcos concluye afirmando que, para él, la única norma que se debe aplicar a la IA sea la explicabilidad del algoritmo; sus fines, hasta dónde puede llegar y donde se puede mover, la “algorética”. En definitiva, una ética que se defina y especifique.
“Explicar la ética es un salto muy importante”.
En un segundo momento, el seminario ha continuado con un espacio abierto al diálogo con dos expertos de la Universidad. Una conversación entre Javier No, Vicerrector de Docencia e Internacionalización, especialista en inteligencia Artificial aplicada a la educación superior y Rosa Colmenarejo del Instituto de Ética Aplicada, investigadora sobre el impacto de la tecnología en la dimensión ética.
Javier No, Vicerrector de Docencia e Internacionalización, Eduardo Ibáñez, Doctor en Derechos humanos y Desarrollo y Rosa Colmenarejo, investigadora sobre el impacto de la tecnología en la dimensión ética
En este coloquio se ha planteado los retos que tiene la propia educación con la IA. Moderado por Eduardo Ibáñez, Doctor en Derechos humanos y Desarrollo, se han situado las bases y los desafíos, además de las oportunidades, de aplicar esta Inteligencia Artificial en el aula.
“El reto es saber cómo acompañar a los estudiantes al uso de esta IA”.
Rosa Colmenarejo ha afirmado que hay que comprender y saber los límites a la hora del uso de herramientas como ChatGPT, para evaluar al propio alumnado en la capacidad de análisis, además de los riesgos y la honestidad en su usabilidad. En su caso, Javier No se centra en el punto de vista de transformación del aula y del trabajo autónomo del alumno, desde un punto más innovador y optimista. Ambos recaen en la necesidad de crear un marco común de la IA, para adoptar un enfoque e implicar en ese sentido al alumnado. En lugar de conformarse con la situación, el punto de mira debe de ser la alfabetización.