Jordi Brunat, profesor e investigador en Esade, ha traído a los estudiantes del MBA Part time y del Doble MBA + Máster Universitario en Ingeniería Industrial de Loyola Másteres el simulador empresarial de ESADE, una herramienta práctica y experiencial para formar en la toma de decisiones a nivel empresarial.
Con esta técnica, los participantes aprenden a gestionar empresas reales con una compleja situación de partida de una manera muy efectiva y a internalizar las funciones directivas a través del trabajo en equipo. “Operan en un entorno competitivo, y van recibiendo información de la realidad más actual para gestionar de la manera más efectiva la empresa”.
El simulador de ESADE les proporciona una primera toma de contacto con los procesos de decisión y la complejidad implícita en su desarrollo. “Además, les permite aproximarse a aquellas áreas funcionales por las que sienten más curiosidad y atracción, y descubrir otras que quizá no hayan trabajado suficientemente”, completa.
Esta actividad tiene tres objetivos fundamentales: primero, entender el uso y las implicaciones de los conceptos de gestión de empresas; segundo, experimentar la interrelación de las diferentes áreas funcionales de un negocio; y tercero, implementar un sistema de trabajo en grupo que permita cubrir todas las necesidades, utilice todos los recursos y consiga resultados en los ejes social, económico y ambiental de la empresa.
Un entorno empresarial cambiante y a la vanguardia de las últimas novedades tecnológicas
“La COVID-19 ha roto preconcepciones y acelerado el ritmo de la digitalización”, explica Brunat. Situaciones que antes eran esporádicas como la flexibilidad laboral, el teletrabajo, la localización de servicios o la cobertura de riesgos han pasado a ser el día a día en las empresas.
Las innovaciones tecnológicas siempre se han ido introduciendo de manera paulatina en el sector de los negocios, desde la escritura, la imprenta, máquina de vapor, electricidad, hasta la digitalización y la creciente capacidad de proceso de los ordenadores de última generación. “Son herramientas que primero otorgan ventajas competitivas, pero rápidamente pasan a ser requerimientos mínimos para operar. ¿Nos podríamos imaginar una empresa de cierta dimensión que llevara sus cuentas y relación con clientes de manera manual?”.
“El equilibrio y la coherencia son dos cualidades que debería tener un buen directivo”.
Equilibrio para poder mantener una visión balanceada entre corto y largo plazo, entre valor económico, valor social e impacto ambiental, entre compensación al accionista, satisfacción para los clientes y valor para los empleados, entre ser un proveedor de referencia y jugar un rol clave en su sociedad más próxima. Y coherencia para evitar contradicciones.
Para Jordi, la energía joven es siempre muy agradecida y valorada en las empresas contra de la creencia popular. “La gente más nueva y más joven en la empresa es la que más se mueve, más promociona y más nuevas experiencias va acumulando”.
