El área de Psicología de Loyola Másteres, la Escuela de Postgrado de la Universidad Loyola, ha organizado las I Jornadas Profesionales de Psicología para analizar y debatir diferentes especialidades dentro de la psicología clínica-sanitario.
La Jornadas fueron inauguradas por Desireé Ruiz Aranda, directora del área de Psicología de Loyola Másteres, y por Sergio Fernández-Artamendi, director del Máster de Intervención Psicológica en Adicciones.
“Nos hemos reunidos todos aquí para profundizar en el desarrollo de las habilidades terapéuticas necesarias del profesional de la psicología”, ha comenzado la directora.
El objetivo de estas sesiones, en las que han asistido expertos a nivel nacional, ha sido dar a conocer técnicas específicas de evaluación utilizadas en distintos ámbitos de la práctica profesional como neuropsicología, psicología clínica en edad adulta, intervención en población infanto-juvenil y en problemas de adicciones. También, se han organizado talleres prácticos, a cargo de los investigadores de la Universidad Loyola, Pablo Rodríguez, Federica Sassi y Samuel López, para perfeccionar las competencias necesarias en la intervención psicológica profesional en diferentes áreas.
Además, estudiantes de los Másteres del área de Piscología de Loyola Másteres y de cuarto curso de Grado han presentado sus comunicaciones científicas durante el congreso.
Los juegos de azar se diseñan de una determinada manera para incrementar su potencial adictivo
Los I Jornadas Profesionales de Psicología se celebraron, el lunes y ayer, en el Campus de Sevilla de la Universidad Loyola. La primera ponencia ha corrido a cargo del profesor del Departamento de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid, Juan Francisco Navas, quien ha analizado el tratamiento de adicción al juego de azar.
Desde 2013, se incluye el trastorno por juego de azar como una adicción, reconociendo que el juego produce una serie de alteraciones muy similares a las drogas. “Los juegos de azar producen una mutación afectiva, empiezas con una sensación positiva y se acaba cambiando hacia una sensación de evasión y dependencia por recuperar el dinero perdido”, ha explicado el experto.
“Los juegos comerciales de habilidad y suerte, aquellos en los que la persona tiene ‘cierta influencia’ en el resultado, implican siempre una parte que requiere un beneficio, de manera que están diseñados para que tu habilidad e influencia en el resultado se vea reducida de manera considerable”.
No todas las personas afectadas por estos trastornos tienen el mismo pronóstico. “Las personas con problemas de ansiedad y depresión es probable que requiera un tratamiento más amplio para tratar sus problemas de base, los cuales influyen en el trastorno de juego de azar”, ha aclarado.
¿Cómo intervien los psicólogos las alteraciones emocionales en personas con daño cerebral?
Ciara Rueda de la Torre, psicóloga clínica sanitaria y neuropsicóloga clínica acreditada de la mano del Centro Nacional de Neuropsicología Avanzada y la Asociación DACE, ha expuesto cómo afectan los daños cerebrales provocados por traumatismos craneoencefálico e ictus, los principales y los más habituales, que provocan alteraciones emocionales y conductuales.
Ha aportado nociones sobre el funcionamiento cerebral ante estos episodios, las afectaciones hemisféricas, al sistema límbico y las cortezas prefrontal, temporal y parietal. También, ha explicado cómo todas estas partes están implicadas y en qué medida en las emociones y la conducta ante un daño adquirido. Las principales alteraciones y el detalle de los procesos y las intervenciones, han sido el principal tema de la intervención.
¿Es la hipnosis un procedimiento adecuado para la práctica clínica?
El Dr. Héctor González Ordi, profesor de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid, ha analizado las aplicaciones que tiene este procedimiento en la práctica clínica. “La hipnosis es una técnica milenaria, ya se utilizaba en el antiguo Egipto” ha comenzado su intervención.
“La hipnosis no implica pérdida de la consciencia ni de la voluntad, al igual que tampoco se pierde el control sobre el comportamiento”., ha aclarado el doctor González.
Existen pacientes que son más sugestionables que otros. Entre un 46% y un 79% de los pacientes fóbicos mostrarían una alta capacidad de respuesta a la hipnosis. También lo son personas con trastornos alimentarios, que sufran estrés postraumático, trastornos disociativos y conversivos.
“En la práctica clínica, la hipnosis incrementa el realismo, la implicación emocional, la sensación de tranquilidad y autocontrol; facilita la identificación de ‘puntos calientes emocionales’, que el paciente puede haber racionalizado o evitado cognitivamente durante la entrevista; disminuye el pensamiento rumiativo y errático, así como la atención vigilante y el miedo anticipatorio y el catastrofismo”, ha explicado el experto.
