Javier Tello-Farfán de los Godos: «Capacidades por encima de la media no acompañadas de esfuerzo, trabajo diario y buena organización, no llevan a nada»

19/01/2021

Javier Tello-Farfán de los Godos Villagrán obtuvo 38 matrículas de honor y una media de 9,47 cuando cursó el Doble Grado en Derecho y ADE en la Universidad de Sevilla. Antes, en 2015, logró la nota más alta en la Selectividad con un 9,90 en la fase general y un 13,6 en la específica. Hoy cursa el Doble Máster Universitario en Abogacía + Máster Universitario en Tributación y Asesoría Fiscal de Loyola Másteres, la escuela de postgrado de la Universidad Loyola y realiza sus prácticas profesionales en el despacho Cuatrecasas en la rama de Derecho Financiero y Tributario.

Pregunta: En julio de 2020 terminó el Doble Grado en Derecho y ADE con 38 matrículas de honor y una media de 9,47. Antes, en 2015, logró la nota más alta en la Selectividad con un 9,90 en la fase general y un 13,6 en la específica. ¿Podría decirnos cuál es su secreto?

Respuesta: Bueno, yo creo que, en primer lugar, es la constancia, es decir, el dedicar todos los días, aunque no haya nada en concreto que hacer, a sentarme en la mesa y mirarme lo que hemos dado el día anterior para así crear ‘hábito de estudio’ y que cuando tenga que dar el 100% no sea pasar de inactividad a dar la máxima capacidad posible. Es un proceso gradual y no es factible de otra forma. Además, y opino que este es el punto esencial que ha jugado siempre a mi favor, lejos de estudiar de noche o de horarios raros, es una excelente organización: la piedra angular del éxito académico, y ahora que estoy realizando mis prácticas de Máster en el despacho Cuatrecasas en la rama de Derecho Financiero y Tributario, puedo decir que también del éxito profesional, es saber medir los tiempos, asignar eficientemente tareas, dedicarle el tiempo justo y necesario a cada cosa y, sobre todo, descomponer las asignaturas en pequeñas tareas que sean factibles en el día a día.
Evidentemente entran también en juego las capacidades que pueda tener uno, pero capacidades por encima de la media no acompañadas de esfuerzo, trabajo diario y buena organización, no llevan a nada.

(P): Podría pensarse que apenas salía de casa, que solo vivía usted para estudiar. ¿Es así?

(R): ¡Nada más lejos! En la organización entra también buscar tiempo para mí mismo y para compartir con mis amigos y familiares. Una buena amiga mía siempre me dice que ella no me admira por mis notas, sino por el hecho de haber encontrado el balance entre llevar una vida social acorde con mi edad y llevar adelante mis temas académicos y profesionales.
Lógicamente estudiar no es algo que me suponga un suplicio, aunque siempre es más agradable pasar tiempo con amigos... Tengo la suerte de conservar amigos de todas las etapas de mi vida: del colegio (‘los maristas’), de la carrera, e incluso en el Máster en Loyola hemos hecho piña.
Además de salir con mis amigos, tengo muchos hobbies. Me encanta el arte, mi padre es marchante de arte y siempre me inculcó el amor por el arte y, sobre todo, por la pintura; además, la Literatura representa un papel esencial en mi vida: escribo poesía en verso libre desde hace años y recientemente he escrito dos libros, uno de ellos pendiente de publicarse y otro en proceso de finalización; de hecho, próximamente publican en una prestigiosa revista de poesía varias inéditas correspondientes a mi primer libro ‘In the meantime (mientras tanto)‘. Aunque también es verdad que últimamente me queda poco tiempo para escribir.

(P): ¿Cree que con constancia y esfuerzo cualquier persona puede llegar a donde se proponga?

(R): Sin duda, la constancia, como dije ante, es la mitad de la clave del éxito: una persona con una extraordinaria ambición y constancia puede llegar muy lejos. Sin embargo, y esto es una opinión personal, creo que el papel de la organización es vital también, pues en el marco de la organización está también el establecimiento de metas... ¿Cómo vamos a llegar lejos si no sabemos a dónde queremos llegar? También está el papel de las capacidades de cada uno, aunque creo que es algo más bien complementario.

(P): ¿A qué se quiere dedicar, cuál es su sueño?

(R): La verdad que ahora mismo estoy en un momento muy especial de mi vida: he encontrado un lugar perfecto para trabajar, en el que entro cada mañana con una sonrisa y hago un trabajo motivante y con el que aprendo día a día. Cuatrecasas la verdad que para mí ha supuesto reafirmarme en mi decisión de dedicarme a la abogacía y al Derecho Financiero y Tributario. Tenemos un equipo inmejorable, dirigido por Joaquín Cuesta, también profesor en el Máster que estoy cursando, y desde que me incorporé me han ayudado cada día a mejorar, sobre todo mi tutora, Marta Catalán, y una de mis compañeras, exalumna de Loyola, Marta Dahlhaus.
A día de hoy, no pienso en ‘grandes planes’ u objetivos a muy largo plazo, sino en el medio plazo, y si tuviera la oportunidad de quedarme en Cuatrecasas me encantaría poder formarme y crecer como abogado, aprendiendo cada día de esta empresa como llevo haciendo estos tres meses.
Además, me encantaría seguir trabajando en mi obra literaria, y poder escribir mucho más de lo que hago y poder seguir publicando, ya que la labor creativa no sólo precisa de tiempo, sino también de tranquilidad y paz.

(P): ¿Por qué eligió la Universidad Loyola para realizar su postgrado?

(R): Huelga decir que la Universidad de Loyola representa una serie de valores: confianza, entrega al alumnado, inserción profesional, pero, sobre todo, una brillante formación. Son estos los factores que me llevaron, de entre muchas posibilidades, a escoger lo que consideré, y a día de hoy considero, más adecuado para mi perfil.

(P): ¿Qué valores crees que diferencian a Loyola Másteres de otras escuelas de postgrado?

(R): Además de la profesionalidad de su profesorado, del trato cercano que demuestran facilitando, en mi caso, la conciliación entre el desarrollo de mis prácticas y el máster, destacaría la búsqueda de la excelencia: Loyola está abierta a toda persona que quiera llegar lejos y se esfuerce por demostrarlo ya que, en mi caso, me becaron con una Beca de Excelencia Académica. Por tanto, este ‘premio’ para alumnos brillantes crea un clima de sana ambición que creo esencial para crecer profesional y personalmente.

(P): Si tuviera que recomendar Loyola y su master, ¿qué diría?

(R): Que si buscan una institución que te acompañe en el proceso de crecer desde alumno hasta profesional, en la que adapten la enseñanza a lo que necesitas, y que fomenten y mejoren tus habilidades, la Universidad de Loyola en su sitio. En cuanto a mi máster, el Doble Máster Universitario en Abogacía y Tributación y Asesoría Fiscal (MUAB+MUTAF), es el complemento perfecto para mis prácticas, ya que lo que estoy viendo en el plano práctico en el despacho, por otro lado, me lo están exponiendo con detalle en el máster, contando con profesionales especializados en el sector, tanto desde el punto de vista de la Administración Tributaria como desde el sector de la abogacía.

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