En un entorno donde los robots educativos están cada vez más presentes, seleccionar el adecuado para futuros profesionales de la educación es una tarea indispensable.
Por ello, los estudiantes del grado en Educación Infantil y Primaria de la Universidad Loyola, de las asignaturas Mathematics and Teaching I y Natural Science and Teaching II, como futuros docentes, han aprendido junto a la empresa especializada en robótica educativa TIBOT, a introducir robots y aplicaciones educativas en lo que será su práctica profesional.
Irene García Lázaro, profesora, nos ha contado los beneficios de introducir estas prácticas en las aulas y cómo esta actividad potencia el desarrollo de los propios estudiantes como futuros docentes. Las tecnologías “permiten trabajar contenido curricular, así como transversal en el día a día escolar” explica.
Además, añade Irene “conocer determinadas herramientas y sus usos pedagógicos en el aula ayudan al docente a ir más allá en su enseñanza” porque “hay que comprender que usar tecnologías sin un objetivo educativo resultará en entretenimiento, no en aprendizaje”.
En qué consiste la robótica educativa y cuáles son las ventajas del uso de robots en las aulas
La explicación a en qué consiste la robótica educativa es amplia, pero podría decirse “que es un medio y no un fin en la educación” detalla Irene. Para nuestra profesora, si eso está claro, los futuros docentes pasarán de considerarla la solución para todos los problemas o retos que enfrenta la escuela y entenderán que es un bastón más “en el que apoyarnos como docentes para impulsar y estimular al alumnado en su proceso de aprendizaje”.
Si centramos el tema en robots educativos, como ha estado explicando el equipo de TIBOT las ventajas van de la mano de la práctica “utilizarlos aumenta la atención y curiosidad en la primera infancia, permite trabajar memoria y reconocimiento espacial, el desarrollo del lenguaje, y un sinfín de competencias y actitudes en favor de lo cooperativo, lo consensuado y dialogado” continúa contando Irene.
“La robótica es un medio y no un fin en la educación”
Nuestra profesora de Educación nos dice que los niños y las niñas “no sólo manejan una herramienta, sino que ésta se integra en una actividad, una programación, un escenario o situación que antes se abordaba mediante otros recursos o ni siquiera se llegaba a trabajar por las limitaciones contextuales”. Gracias al robot educativo y sus materiales “puedes trabajar la resolución de conflictos o la generación de acuerdos al mismo tiempo que trabajas la lectoescritura y el reconocimiento de números y letras: todo en un mismo espacio”.
Las habilidades que desarrollarán los estudiantes de educación y futuros docentes
Respecto a las habilidades que podrán tener en el futuro, Irene considera que los estudiantes adoptarán posturas que promoverán el trabajo en equipo y la toma de decisiones conjunta “que puede resultar en fracaso o en éxito de cara a alcanzar una meta o superar un objetivo”. Recalca la docente de Loyola que nunca se reconoce el robot como un mero entretenimiento “esto se enmarca dentro de una asignatura concreta o un área curricular específica”.
“Estando solo no se llega a ninguna parte y trabajar por un fin común siempre será más satisfactorio y provechoso”
Así, Irene concluye que el alumnado desarrolla pensamiento computacional “y esto le ayuda, como ya sabemos por la investigación educativa, en la abstracción, la descomposición de contenido complejo en partes más asequibles de procesa” y a su vez “debe someter sus decisiones y juicios a la realidad que le espera en años posteriores: estando solo no se llega a ninguna parte y trabajar por un fin común siempre será más satisfactorio y provechoso”.
Una propuesta educativa que tiene que ver con el aprendizaje a través del juego
María Gutiérrez-Segú es responsable de formación para el profesorado en TIBOT. La idea, explica María "era traer la robótica educativa a las aulas, esto es algo muy nuevo que se está implantando y desde Loyola tienen mucho interés en que se incluya dentro de su programa y también darle la oportunidad a los estudiantes y las estudiantes de poder tener al menos la experiencia".
"No son expertos en robótica educativa, pero tienen las herramientas para poder serlo"
"Es un alumnado muy participativo, han entrado muy bien en las propuestas, que tienen mucho que ver con el juego y el aprendizaje, de hecho con el aprendizaje a través del juego" continúa explicando la responsable de formación para el profesorado de TIBOT. De hecho, añade "esto encaja muy bien con el tipo de formación que tienen y lo que quieren hacer. No son expertos en robótica educativa, pero tienen las herramientas para poder serlo".
Un robot que es capaz de abarcar conceptos, estímulos y habilidades
Erika Porteny Soto es estudiante del grado en Educación Primaria Bilingüe y nos ha contado su experiencia en esta formación. Para ella ha sido necesaria "en el curso anterior, en la asignatura de TIC, estuvimos viendo este robot educativo y comenzamos a programar con ellos algún que otro juego" aunque en ese momento "carecíamos de conocimientos para implementar esta metodología en un aula de infantil y de primaria".
"En esta formación nos han enseñado cómo 'BeeBot' es capaz de abarcar conceptos, estímulos y habilidades"
Sin embargo, añade Erika "en esta formación nos han enseñado cómo 'BeeBot' es capaz de abarcar conceptos, estímulos y habilidades que están en continuo desarrollo en los niños de infantil y primeros cursos de primaria". BeeBot es un robot educativo "capaz de enseñar los contenidos curriculares a través de la interacción que los alumnos establecen" expresa nuestra estudiante de educación.
"Además, BeeBot comprende con ámbitos matemáticos (trabajándose la suma, resta, secuencias y resolución de problemas), geográficos (situar países, relación con banderas y monumentos o comidas características) y demás áreas curriculares" nos dice. Con ello, finaliza Erika "también cubre el desarrollo de habilidades de motricidad fina, mentales y pedagógicas, entre otras, destacando así, el pensamiento computacional y la programación".
