La Universidad Loyola ha vuelto a sumarse a la Semana de la Ciencia, una iniciativa impulsada por la Fundación Descubre que cada año convierte a Andalucía en un gran espacio de divulgación y curiosidad científica.
Durante esta edición, los campus de Sevilla y Córdoba acogieron diversas actividades destinadas a centros educativos, todas ellas diseñadas para mostrar cómo la ciencia se conecta con la vida cotidiana y cómo la investigación universitaria puede transformar nuestra manera de comprender el mundo.
Entender lo que compramos para proteger nuestra salud
En Sevilla, la primera parada fue una sesión dedicada a aprender a interpretar las etiquetas alimentarias, de la mano de María del Carmen Razola Díaz, docente e investigadora en Nutrición y Tecnología de los Alimentos. El alumnado del IES Virgen del Castillo (Lebrija) descubrió que leer correctamente el etiquetado nutricional no solo permite reconocer la composición real de un producto, sino también detectar ultraprocesados, identificar excesos de azúcares, sal o grasas, y comparar opciones para elegir las más saludables. La actividad puso el foco en la autonomía del consumidor: entender lo que compramos es un primer paso para mejorar los hábitos de alimentación y proteger nuestra salud a largo plazo.

¿Cómo responde el cerebro a los estímulos?
Otra de las propuestas más impactantes fue el taller “Escucha tu cerebro”, impartido por Samuel López Rodríguez y Carlos Roberto Cruz, del Departamento de Psicología. El alumnado del Colegio San Alberto Magno tuvo la oportunidad de observar, en directo y mediante un equipo de electroencefalografía, cómo responde el cerebro a distintos estímulos. Mientras contemplaban las ondas eléctricas reflejadas en la pantalla, se adentraban en el proceso de comunicación neuronal y en el papel que desempeña la actividad cerebral en estados cognitivos, atencionales y emocionales. Más allá de la experiencia visual, los investigadores explicaron cómo esta técnica resulta fundamental para el diagnóstico de patologías como los estados alterados de conciencia o la esclerosis múltiple, y cómo permite restituir una comunicación mínima con personas sin capacidad motora o verbal. La ciencia, en este caso, se convirtió también en una herramienta de empatía y sensibilización social.
Abrir los ojos a conceptos clave sobre convivencia y justicia global
En paralelo, el campus de Córdoba acogió una actividad especialmente creativa dedicada a la ética y la migración, realizada con la participación del IES Zoco. Inspirado en el formato del programa Pasapalabra y basado en la guía Migrando Miradas de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el juego proponía adivinar conceptos clave relacionados con movilidad humana, derechos, políticas públicas y estadísticas globales. Tras una breve introducción sobre migraciones y derechos humanos, el alumnado recorrió el abecedario para completar términos que abrían la puerta a debates informales pero muy profundos sobre convivencia, justicia social y narrativas mediáticas. Esta dinámica permitió trabajar información rigurosa de forma accesible y combatir visiones simplistas o discursos de rechazo, promoviendo una mirada más informada, empática y global. la actividad estuvo organizada y guiada por la investigadora y profesora Monika Kabata del despartamento de Estudios Internacionales de la Universidad Loyola.

El valor de la investigación frente a la crisis climática
La Semana de la Ciencia también llevó a los Salesianos de Utrera un encuentro con Carlos Ortiz Domínguez, investigador del Instituto LETS, para hablar sobre energía y cambio climático. A través de una presentación clara y visual, Ortiz abordó qué es la energía, cómo la consumimos y cuáles son los retos reales de la transición energética. Los estudiantes descubrieron las diferencias entre los combustibles fósiles y las energías renovables, la importancia de reducir el consumo y apostar por la eficiencia, y el papel crucial que jugarán tecnologías como la captura de CO₂ o la electrificación en la lucha contra el calentamiento global. La sesión terminó con una reflexión sobre los hábitos cotidianos y el valor de la investigación (I+D+i) para generar soluciones reales y transformadoras frente a la crisis climática.

En conjunto, esta nueva edición de la Semana de la Ciencia en la Universidad Loyola demostró una vez más el valor de la divulgación científica como puente entre la universidad y la sociedad. A través de experiencias prácticas, dinámicas y adaptadas a jóvenes, las actividades promovieron el pensamiento crítico, despertaron vocaciones y recordaron que la ciencia no solo explica el mundo, sino que también ofrece herramientas para mejorarlo. Gracias al impulso de la Fundación Descubre y al compromiso del personal investigador, cientos de estudiantes pudieron acercarse a la investigación desde la curiosidad, el rigor y la creatividad. Una celebración que hace crecer, cada año, la cultura científica en nuestro entorno.
Café con Ciencia el próximo 26 de noviembre
Para completar las celebraciones de esta Semana de la Ciencia, la Universidad Loyola acogerá el próximo 26 de noviembre una nueva edición de Café con Ciencia, una actividad impulsada con el apoyo de la Fundación Descubre. En esta ocasión, recibiremos a estudiantes de Bachillerato que tendrán la oportunidad de conversar de forma cercana con personal investigador de diversas áreas. La dinámica es tan sencilla como enriquecedora: cada científico o científica se sienta a “tomar café” con un grupo reducido de asistentes, compartiendo su experiencia, explicando en qué consiste su labor y acercando la investigación a quienes podrían convertirse en la próxima generación de investigadores. En esta edición participarán Ana Mercedes López, que abordará la resolución de conflictos en el metaverso; Elena Aguado, que profundizará en lo que la genética nos revela sobre el cáncer; Alejandro Tapia Córdoba, que explicará cómo la inteligencia artificial puede ponerse al servicio de la sociedad; y Gema Gutiérrez, que introducirá al alumnado en el mundo de la financiación de grandes proyectos. Una cita que amplía la programación de la Semana de la Ciencia y que refuerza el compromiso de Loyola con una divulgación cercana, participativa y formativa.



