La Universidad Loyola participa por primera vez en la Noche Europea de los Investigadores en Córdoba. Entre las actividades propuestas destaca La práctica artística como investigación: las artes escénicas + representación de La Posadera, que consistirá en una conferencia impartida por Martín Fons Sastre, coordinador del Grado en Artes Escénicas y Cinematográficas, además de una función del grupo Loyola Teatro.
Se trata de una apuesta de la Universidad por integrar las Artes y la Investigación, en la que se defiende una formación que vaya más allá de lo meramente pedagógico y abarque diferentes puntos de vista. Las Artes y las Ciencias no están reñidas y ello lo demuestra Fons con sus líneas de investigación sobre la creación escénica contemporánea, la interacción entre teatro y neurociencias y el proceso creativo del actor. Además, pertenece a Tékne, un grupo de investigación y creación en Artes de la Universidad Loyola.
Durante la Noche de los Investigadores, Fons profundizazará en la obra teatral de Carlo Goldini más allá de las palabras.
PREGUNTA (P): ¿Cuál es el objetivo de esta actividad en la Noche de los Investigadores?
RESPUESTA (R): La idea es plantear cómo se investiga en Arte. Cuando se habla de Arte y de Investigación, o se habla de Arte y Ciencia, parece que son como dos mundos antagónicos. Hablamos de Ciencia con Ingeniería, hablamos de Ciencia con Medicina, pero con el tema artístico parece que son antitéticos cuando no lo son.
Nos planteamos tres niveles a la hora de hablar de investigación artística. Una es investigar sobre el objeto artístico, que es lo que se ha hecho principalmente en Arte. Es la separación del objeto de estudio de lo que sería el investigador en sí. Hay otra línea que es la Investigación para el Arte, donde decimos que el arte no es el objetivo de la investigación, sino el medio. Por ejemplo, es la musicoterapia, las estrategias didácticas con elementos artísticos, etc.
Otra línea es la Investigación a partir o desde el Arte, es decir, la propia práctica artística como investigación. Esta línea es la más controvertida. Es innovadora y se está dando principalmente en los países anglosajones; se dice: Practice as Research. Se cuestiona si toda práctica artística es investigación o no. Y si la práctica artística es investigación, en qué términos, de qué manera y desde qué parámetros se puede hacer. En esta jornada, me centraré en esta última.
(P) ¿Por qué la obra de La Posadera para acompañar esta conferencia?
(R): Porque primero estamos en Córdoba, donde se cumplen 25 años del grupo de teatro, capitaneado por Rosa Melero. Es un reflejo de lo que es hacer arte y de lo que es, en este caso, hacer artes escénicas. De esta manera, se pone en valor el trabajo que se ha hecho como compañía universitaria y entendiendo que el teatro universitario también ha sido fundamental para la evolución del lenguaje escénico en este país.
Por otro lado, lo que propongo es que La Posadera puede ser estudiada desde muchos puntos de vista. Yo puedo venir y hablar filológicamente o historiográficamente sobre la figura de Goldoni como creador de la comedia humana. Pero puede ser interesante estudiar cómo han construido ellos la puesta en escena. Hablaré antes de la función, primero, para entender que La Posadera, como cualquier otra obra que haga Loyola Teatro, se puede trabajar de muchas maneras, se puede ver de muchas maneras, se puede entender de muchas maneras y también puede ser observado de muchas maneras. Puedes ver cómo se plasma un texto teatral en el lenguaje escénico porque una cosa es el texto y otra cosa es lo que el director de escena, que es el gran creador, decida llevar al escenario. Se puede ver cómo se dice la palabra, el vestuario, la escenografía, el trabajo del actor… Ya no es solo investigar el texto de Goldoni y su trascendencia, sino la puesta en escena en sí. Se puede estudiar de mil maneras.
(P) ¿Todo artista es investigador?
(R): El mismo proceso creativo es investigación per se. Toda manifestación artística también supone una búsqueda. El mismo Pablo Picasso hizo investigación, aunque no sea un investigador per se. Pero cuando aparece el cubismo, cuando aparecen Las señoritas de Avignon… es porque se ha producido una búsqueda, una búsqueda de nuevas formas. Por tanto, este mismo hecho así es investigación.
Si lo trasladamos a las artes escénicas, al arte dramático, el mismo proceso creativo del actor, es investigación. Esto en el sentido de que el actor busca, busca poder interpretar y poder hacer una acción eficaz, efectiva, hacer un trabajo. Y para eso necesita también una metodología de trabajo, necesita una experimentación y necesita un entrenamiento. Esto requiere investigar cuál es la propedéutica del actor, los elementos que ponemos en funcionamiento. De ahí que el mismo Arte también busque en la Ciencia. Stanislavski bebía del momento científico en el que se encontraba. A principios del siglo XX, cuando Stanislavski crea la primera sistematización programática del trabajo del actor, lo crea teniendo en cuenta la Psicología que se estaba produciendo. Después, evoluciona y le interesa la reflexología de Pávlov, y le interesa la acción-reacción. Al final, el actor es acción, accionar, hacer. Todo ello afecta completamente al entrenamiento actoral que plantea Stanislavski en el método de las acciones físicas, que después seguirán haciendo discípulos como Meyerhold.
Decir que Salvador Dalí no está conectado con el psicoanálisis o el surrealismo sería un error. Descubrir en ese momento que los sueños se transforman en una fuente y en un material para la creatividad artística, eso es lo que hace evolucionar la forma y lo que hacen evolucionar las formas artísticas. Es decir, que el momento científico afecta al Arte, y el Arte también bebe de ese momento científico. Por tanto, no estamos completamente separados, ni mucho menos.
En la práctica artística hoy en día también trabajamos desde la búsqueda de los fundamentos científicos para que sirva para crear entrenamientos artísticos más eficaces, para ver qué proporcionan las nuevas tecnologías aplicadas al arte, para enriquecer los procesos de creación artística, para utilizar la Inteligencia Artificial (IA)…
(P) ¿Qué papel juega la IA en las artes escénicas?
(R): Curiosamente, el teatro es lo que más alejado está en estos momentos de la IA. Es el que más alejado está porque es un arte de lo vivo y yo necesito que el actor esté vivo. Ahora bien, la IA sí que aparece sobre todo en temas tecnológicos, en un diálogo que tú puedas hacer con los elementos de la práctica teatral, es decir, la escenografía, la iluminación, el sonido… Por ejemplo, lo de la IA en el tema musical es una revolución, incluso en el tema plástico.
Lo importante es que haya un diálogo entre la tecnología y lo humano. Nosotros hemos creado Techné, un grupo de investigación y creación artística. Una de las líneas es Arte y Tecnología. El año pasado hicimos un proyecto de innovación docente en el que creamos una dramaturgia interactiva, que consistía en jugar a crear a partir de una estructura gamificada. Lo importante es que el punto humano de las artes entre en diálogo con el punto tecnológico. Si esas dos visiones dialogan de manera fructífera, pueden provocar creaciones mucho más interesantes.
(P) ¿De qué manera la Universidad Loyola supone una plataforma para desarrollar tu investigación?
(R): Hay una apuesta de Loyola, una apuesta de una universidad, en este caso de Andalucía, por integrar las Artes, pero no como se hace habitualmente. Sino que nazca desde la integración de las Artes dentro de la estructura reglada de grado, posgrado y doctorado, En estos momentos, solo hay dos universidades que lo hacen en España. Es algo no solo original, sino innovador. Supone entender que las Artes tienen que conectar ya definitivamente con el organigrama universitario para entender que el profesor de Artes es un artista pedagogo, pero también es un artista investigador. Es un artista pedagogo e investigador. Tú puedes ser solo un artista, si quieres, pero también hay un artista investigador, un artista que busca, que se hace preguntas.