Estudiar en verano y no morir en el intento

24/07/2018
Claves par estudiar en verano

Si te ha tocado estudiar en verano, no te desanimes. Está claro que no es el mejor plan para la época estival, pero manteniendo una actitud positiva y organizando bien tus jornadas de estudio verás que el esfuerzo tiene su recompensa final.

Para que la dura tarea de estudiar en verano no se convierta en un calvario para ti, hemos recopilado una serie de recomendaciones que te ayudarán a sobrellevar el trabajo. La clave: compaginar los días de estudio con momentos para el ocio.

Si estudiar durante el curso académico es una actividad que requiere cierto esfuerzo, hacerlo en verano significa añadir una doble dosis de motivación y empeño. El cansancio acumulado durante el año, saber que tus amigos están de vacaciones y el calor no son, precisamente, los mejores aliados que te animen a sentarte delante de los apuntes.

Pero bueno, mira el lado positivo de la época estival. Dispones de más tiempo porque no tienes que ir a clase, por lo que si te organizas bien, podrás estudiar y reservar algunas horas para hacer lo que te guste.

Todo es cuestión de planificación, constancia y, lo más importante, no dejar nada para última hora. ¿Lo intentamos? Sigue leyendo y toma nota de nuestras propuestas.

Plan de acción para estudiar en verano

Organización. Es importante que planifiques bien tus jornadas de estudio. Para ello, analiza el tiempo que tienes y las materias o contenidos que debes estudiar. En función de esto, elabora un calendario de manera coherente para que el trabajo sea eficaz.

Como te hemos adelantado, la constancia es muy importante para conseguir que este esfuerzo merezca la pena, de ahí que debes ser riguroso o rigurosa con el tiempo que dedicas cada día al estudio. Si, por ejemplo, te has marcado una jornada diaria de 6 horas de estudio, ¡cúmplela a rajatabla!

calendario de estudio en veranoA la hora de elegir el horario de estudio, piensa en aquellas horas en las que eres más productivo o productiva y evita los tramos del día en los que hace más calor y disminuye tu concentración.

Esto te permitirá ser más productivo y sacar más partido al tiempo que dediques al estudio. No olvides hacer pequeños descansos de 5 minutos cada hora. Tu cerebro te lo agradecerá. 

En tu planificación, además de estudiar, incluye jornadas para descansar y desconectar un poco del día a día. Procura que las jornadas de ocio sean eso, “días para hacer algo que te guste y te divierta”. Esto te vendrá muy bien para reponer fuerzas y, como no, para distraerte y pasar tiempo con tus familiares o amigos.

Una buena idea puede ser dedicar la semana (de lunes a viernes) a estudiar y dejar fines de semana para descansar. El sábado puedes desconectar por completo, pero el domingo por la tarde dedícate unas horas a repasar lo que has estudiado durante la semana. Esto te ayudará a asentar conocimientos y poner en marcha la máquina para continuar el lunes con el plan establecido.

Para que las jornadas de estudio en verano no se conviertan en una auténtica pesadilla, elige bien el lugar donde vas a estudiar. Que sea un sitio tranquilo, donde no haya ruido que pueda distraerte. Que sea fresco porque el calor puede minar tus fuerzas y hacer que pierdas concentración. Y, como no, que esté bien iluminado.

Si en casa no encuentras ese rincón ideal para tu trabajo, no dudes en buscar una biblioteca o sala de estudio porque son perfectas para llevar a cabo esta tarea.

Cuídate durante el verano

Ya lo dijo Juvenal, ‘mens sana in corpore sano’, así que toma nota y cuida tu alimentación durante estos meses de verano. Bebe mucho líquido y come bastante fruta. Es la fórmula perfecta para tener energía y hacer frente a las jornadas de estudio sin morir en el intento.

Añade a la buena alimentación un poco de actividad física. Este aspecto debes tenerlo en cuenta a la hora de diseñar tu calendario para que reserves un tiempo diario para hacer deporte o realizar alguna actividad que te ayude a mantenerte en forma y te permita desconectar.

estudiar en verano y hacer deporte

Márcate una serie de objetivos semanales. Por ejemplo, 'estudiar x temas o realizar x ejercicios prácticos' en función de los contenidos y las asignaturas que tengas pendientes. Si consigues cumplir con tus objetivos, date algún capricho. Si no lo consigues, revisa tu planificación por si tienes que dosificar de otra manera tu trabajo.

Antes de los exámenes de septiembre, tómate unos días de descanso. Te vendrá muy bien para relajarte, sobre todo, si tienes que examinarte de varias asignaturas y las pruebas son muy seguidas.

Está claro que la mejor manera de pasar las vacaciones no es delante de los apuntes y los libros, pero si te ha tocado estudiar en verano tómatelo con calma y organízate bien. ¡Ánimo y suerte para septiembre!

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