Rocío Infante ha estudiado el Máster Universitario en Psicología General Sanitaria en la Universidad Loyola tras finalizar sus estudios de Grado en Psicología en Huelva. Decidió continuar con su formación de posgrado en Loyola porque lo consideró una buena oportunidad para continuar ampliando sus conocimientos y dar el salto al mercado laboral.
“Considero que nuestra labor es muy importante, supone una gran responsabilidad, y es fundamental estar en continua formación”.
Actualmente, trabaja en el Centro Psicosanitario Galiani como psicóloga sanitaria en el área infanto-juvenil, centro en el que empezó con unas prácticas profesionales mientras cursaba el máster. De esta etapa destaca principalmente el trabajo multidisciplinar que se realiza en el centro, lo que le ha permitido aprender de profesionales de ramas tan diversas como la neuropsicología, la psicología educativa, la psiquiatría, la nutrición, la fisioterapia o la logopedia.
(P). La atención a la salud mental en la infancia y la adolescencia se percibe cada vez más como una cuestión prioritaria. Desde tu experiencia como psicóloga sanitaria en el Centro Galiani, ¿cuáles son los problemas más frecuentes en este tramo de población?
(R). Desde mi experiencia como psicóloga sanitaria detecto muchos problemas relacionados con el control de impulsos y problemas de conducta, especialmente entre la población infantil. Entre población adolescente, detecto problemas relacionados con baja autoestima, aceptación corporal, hiperexigencia, dificultades de expresión emocional, ansiedad, dificultades en torno a diferentes habilidades sociales, entre otras.
(P). ¿Cómo ha afectado la pandemia a la salud mental de niños y adolescentes? ¿Ha aumentado la demanda de atención psicológica?
(R). Considero que la actual situación que estamos viviendo nos ha afectado a todos, requiriendo una gran necesidad de adaptación a un estilo de vida diferente, incertidumbre o miedos. Los niños y adolescentes se han visto privados de relaciones sociales, ocio y actividades deportivas, provocando un incremento de menores que han requerido atención psicológica tras la pandemia. También, ha hecho visible problemas previos o características de personalidad que los hacían especialmente vulnerables a una situación como la que hemos vivido.
(P). Según la OMS, el suicidio es la tercera causa de muerte para los jóvenes de edades comprendidas entre los 15 y los 19 años. ¿En qué estamos fallando?
(R). Aunque acudir al psicólogo es algo cada vez más normalizado, continúa resultando complicado, en muchas ocasiones, que los jóvenes expresen la necesidad de recibir atención psicológica. Identifico como algo muy común la represión emocional en los adolescentes, así como la censura que identifican en el exterior de aquellas emociones que popularmente son consideradas “negativas”.
"Resulta igualmente llamativo las dificultades que muestran muchos jóvenes para expresar lo que realmente piensan o su disconformidad por miedo al rechazo o a no encajar, provocando que, en muchas ocasiones, se sientan solos e incomprendidos".
A su vez, los padres cuentan con pocas herramientas para poder abordar todos estos problemas, siendo una asignatura pendiente en nuestra sociedad. Desde nuestro centro, consideramos fundamental la implicación de los padres en el proceso terapéutico de los menores.
(P). ¿Qué crees que ha aportado la formación que recibiste en Loyola Másteres a tu carrera profesional y a la forma de ejercer tu labor actual?
(R). Considero que me ha aportado, en especial, herramientas muy valiosas para poder desenvolverme como terapeuta. También, me ha abierto paso al mundo laboral y me ha puesto en contacto con el centro donde actualmente estoy desempeñando mi profesión.
(P). ¿Cómo valorarías las habilidades y herramientas adquiridas durante tu formación? ¿Qué crees que es diferencial?
(R). Considero diferencial la forma de impartir la docencia, complementando en todo momento la teoría con la práctica, que tan necesaria es para desempeñar este trabajo. También, hemos podido aprender de la mano de grandes profesionales del campo de la psicología, que no sólo son auténticas eminencias en su área, sino que son psicólogos sanitarios en activo, que han sabido transmitirnos cómo aplicar dicha teoría sobre casos reales. A su vez, durante estas sesiones con diferentes profesionales, hemos entrado en contacto con varias corrientes y técnicas, algunas de ellas desconocidas para mí, sobre las que actualmente me estoy formando, como es el EMDR, técnica empleada para trabajar el trauma.
(P). ¿Recomendarías el máster que realizaste en Loyola? ¿Por qué?
(R). Lo recomendaría principalmente porque me ha aportado un complemente ideal a mi formación y me ha permitido insertarme en el mundo laboral, sintiéndome capaz de poder desenvolverme adecuadamente.
