La Universidad Loyola, ante el panorama actual, uno de los más graves para Europa desde la Segunda Guerra Mundial, ha unido a diez de sus expertos en una mesa redonda titulada "La guerra de Ucrania: implicaciones y perspectivas".
Ante un auditorio repleto de estudiantes, han ofrecido una reflexión interdisciplinar, académica y necesaria en el seno de la universidad, desde las relaciones internaciones, el derecho internacional, la economía, la comunicación y las humanidades.
La actividad ha estado organizada por el Grupo de Investigación de Política Exterior y Estudios de Área, el Departamento de Estudios Internacionales y el Decanato de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas. Guiado por el profesor investigador Pedro Rivas, experto en ciencia política, el encuentro ha contado con el debate y la reflexión sobre las cuestiones centrales ligadas a este conflicto.
La mesa ha contado con la primera intervención de Olexandr Nekhay, profesor doctor de la Universidad Loyola en Economía, Sociología y Política Agraria. Por su nacionalidad ucraniana, el experto ha realizado una presentación sobre los pormenores y la historia de este conflicto abierto desde 2014, pasando por el alto al fuego nunca respetado desde 2015, hasta el desarrollo de las acciones militares actuales de la invasión de Rusia a Ucrania desde el 24 de febrero hasta el día de hoy. El experto en economía ha destacado también las consecuencias en este ámbito para Ucrania, difícil de recuperar, y para España, cuyas consecuencias económicas pueden ser difíciles en el ámbito de los hidrocarburos y los alimentos, y que pueden afectar a otros sectores.
Carta de los Derechos Humanos y los Convenios de Ginebra de 1949
A continuación, el catedrático de Derecho Internacional y presidente del patronato de la Universidad Loyola, Jaime Oraá SJ, ha situado la postura del derecho internacional con el fin de evitar una tercera guerra mundial, la cual podría suponer graves consecuencias para todo planeta. El experto ha aludido a varios artículos de la Carta de los Derechos Humanos y a los Convenios de Ginebra de 1949. “La prohibición absoluta de la amenaza del uso de la fuerza contra la integridad territorial o la prohibición de la intervención en los asuntos internos de otro Estado, entre otras cuestiones de estos tratados, apuntan a estas acciones como la violación más flagrante del derecho internacional contemporáneo y de las normas del derecho internacional humanitario ante un conflicto internacional, por lo que pueden ser juzgados como crímenes de guerra ante tribunales internacionales”, apuntó Jaime Oraá en su intervención.
Por su parte, el director del Departamento de Economía de la Universidad Loyola, Pedro Caldentey, comenzó resaltando “la destrucción de Ucrania, una economía emergente en sus dificultades pero con un foco de prosperidad para el futuro que se rompe”. Con respecto a la repercusión económica más global, el experto en economía destacó el impacto en la seguridad alimentaria, las sanciones económicas a Rusia que impactan también en las economías propias, la dependencia del gas ruso que es necesaria mitigar, la gestión de los refugiados y el gasto en defensa como las cuestiones económicas más relevantes.
El experto en economía, al igual que otros argumentos que se debatieron en la jornada, aludió a la expectación con especto a las reacciones que presentará la Unión Europea, y al optimismo con respecto al avance que hasta ahora han supuesto las crisis hasta el momento para Europa.
La ética en la guerra
También hubo un momento para la discusión ética a través de la intervención del profesor Eduardo Ibáñez, experto en Filosofía Moral. El experto destacó principalmente los argumentos que a lo largo de la historia se han realizado sobre la “guerra justa” y la “legítima defensa”. Pero la dimensión ética de la guerra se tiene que adaptar a la realidad del siglo XXI y evitar unos desórdenes mayores, afirmó.
La comunicación y la desinformación también tuvieron hueco con la intervención de José Antonio Muñiz, profesor de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la Universidad Loyola y director del Departamento de Comunicación. El experto en el análisis de la desinformación estableció la definición de este concepto aplicado a la guerra, estableciendo la metáfora de que “la desinformación es equivalente a una bomba de racimo y la desinformación computacional un agravante, debiendo ser el periodista de guerra el mayor combatiente contra ésta”.
Europa afronta nuevos retos
La mesa contó con una segunda parte en la que algunos integrantes del Departamento de Estudios Internacionales mostraron sus conocimientos necesarios como internacionalistas. Paula Lamoso, experta en Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales, expresó sus conocimientos acerca del papel de la Unión Europea, cuyo objetivo es “salir reforzada dando un paso en seguridad y en defensa”. La investigadora expuso a su vez la nueva manera de afrontar los nuevos retos que se presentan para Europa.
La energía como geoestrategia
La energía es una cuestión primordial en este conflicto, para lo cual, la experta en Relaciones Internacionales y Energía Belén del Río expuso la historia de las relaciones con Rusia en materia energética, cuestión que comenzó a constituir un inconveniente evidente a partir del año 2000, cuando Rusia comienza a utilizar la energía como geoestrategia. Hasta el momento, según la investigadora, “se ha intentado no depender de Rusia, hacer reservas estratégicas de gas y petróleo”. La experta mencionó en su discurso la necesidad de la sostenibilidad, alineado con el de la seguridad energética y la lucha contra el cambio climático.
Manuel Iglesias Cavicchioli, responsable del grupo de investigación de la Universidad Loyola ‘Política Exterior y Estudios de Área’ y experto en Derecho Internacional y Relaciones Internacionales, expresó “el compromiso necesario de los internacionalistas en su deber de no ser neutrales y de realizar análisis con pretensión de objetividad, con el compromiso con la sociedad y con un mundo más justo, pacífico y digno, analizando las causas de la guerra para prevenir sus consecuencias”. En este sentido, el experto aludió a la situación geopolítica de la última década, “de un mundo que camina hacia la desglobalización con un freno a la hiperglobalización sin límites contestada por populismos y soberanismos”.
El fin de un orden liberal
El investigador aseguró que “asistimos al final de un orden liberal dominado por los EEUU y que Rusia rechaza” y, a su vez “este modelo de paz tras la caída de la URSS no se ha consolidado”. Tras este panorama expresado, el experto aludió a una guerra actual influenciada por el contexto internacional de la última década, que “aunque no era inevitable, tampoco es sorprendente”.
Una de las últimas intervenciones fue a cargo del director del Departamento de Estudios Internacionales, Fernando Delage, experto en estudios de Asia Oriental, que expresó una serie de ideas para explicar la situación del conflicto actual que según el experto “aunque no sea muy largo, tendrá ramificaciones muy largas que durarán décadas”. El investigador destacó ideas clave como la apertura de una nueva etapa global con más frentes y ramificaciones, la vuelta de Europa al centro de la dinámica internacional y el papel importante que tendrá China en el desenlace de este conflicto, así como el cálculo estratégico que tendrá Estados Unidos.
Un enfrentamiento entre la democracia y los regímenes autoritarios
El catedrático de Derecho Internacional y presidente del patronato de la Universidad Loyola, Jaime Oraá SJ, concluyó la mesa redonda antes de abrir el debate posterior destacando la importancia del Consejo de Europa, una estructura que garantiza la defensa de los derechos fundamentales y libertades y de los derechos humanos cuyos tres pilares fundamentales son el imperio de la ley, los derechos humanos y la democracia. “A través de este se abre una esperanza en Europa. Asistimos a un enfrentamiento entre la democracia, la libertad los derechos humanos frente a unos regímenes autoritarios con raíces profundas, una situación muy difícil para el futuro que depende de vosotros, los jóvenes”, finalizó Jaime Oraá SJ.
